La comunidad internacional debe exigir a las autoridades iraníes que permitan entrar en el país a la misión de investigación de la ONU y a otros observadores independientes para que investiguen las circunstancias que causaron la hospitalización de Armita Garawand, de 16 años, que perdió el conocimiento en el metro de Teherán tras ser agredida por una agente encargada de hacer cumplir las leyes de velo obligatorio en Irán, y está en coma desde entonces, ha declarado Amnistía Internacional en un contexto de crecientes indicios de encubrimiento por parte de las autoridades.
En los días posteriores a su hospitalización, las autoridades iraníes arrestaron a una periodista que estaba investigando el incidente y difundieron un vídeo propagandístico en los medios de comunicación estatales iraníes que mostraba a los padres y amistades de Armita Garawand, visiblemente angustiados, repitiendo con renuencia el discurso oficial de que Armita se había desmayado debido a una presión arterial baja.
En otro intento de esconder la verdad, las autoridades también hicieron públicas grabaciones editadas de una cámara de videovigilancia. El análisis realizado por el Evidence Lab de Amnistía Internacional revela que la frecuencia de fotogramas del vídeo se había aumentado en cuatro secciones, y detectó que faltaban 3 minutos y 16 segundos de grabación.
“Las autoridades iraníes están llevando a cabo una campaña concertada de negación y distorsión para encubrir la verdad y las circunstancias que causaron el desplome de Armita Garawand, y que recuerda, de manera escalofriante, a los discursos falsos y las explicaciones inverosímiles que dieron sobre la hospitalización de Mahsa/Zhina Amini hace poco más de un año”, ha afirmado Diana Eltahawy, directora adjunta de Amnistía Internacional para Oriente Medio y Norte de África.
Las autoridades iraníes están llevando a cabo una campaña concertada de negación y distorsión para encubrir la verdad y las circunstancias que causaron el desplome de Armita Garawand, y que recuerda, de manera escalofriante, a los discursos falsos y las explicaciones inverosímiles que dieron sobre la hospitalización de Mahsa/Zhina Amini hace poco más de un año.
Diana Eltahawy, directora regional adjunta de Amnistía Internacional para Oriente Medio y el Norte de África
“Dada la falta de perspectivas de que se efectúen investigaciones independientes a nivel local, la comunidad internacional debe ejercer presión sobre las autoridades iraníes para que permitan el acceso a misiones de investigación de la ONU y a otros observadores independientes para descubrir la verdad sobre las circunstancias que desembocaron en la hospitalización en estado crítico de otra niña más, entre denuncias de que la agresión está relacionada con las leyes de velo obligatorio. La comunidad internacional también debe exigir que se proteja de represalias y hostigamiento a la familia y las amistades de Armita Garawand y a los periodistas que buscan la verdad.”
El 1 de octubre de 2023, Armita Garawand ingresó en coma en el hospital de Fajr tras quedar inconsciente en una estación de metro de Teherán. Según fuentes fidedignas, las fuerzas de seguridad han establecido una fuerte presencia en la entrada del hospital y están impidiendo las visitas e incluso que la gente grabe vídeos con sus teléfonos. Las fuentes informaron de que las autoridades permitieron a los padres de Armita entrar en el hospital en varias ocasiones, pero con restricciones, limitándolos a que la vean brevemente.
El 2 de octubre de 2023, el periódico iraní Shargh Daily informó de que la periodista Maryam Lofti había sido detenida tras acudir al hospital de Fajr a investigar. Ese mismo día quedó en libertad bajo fianza.
El 5 de octubre de 2023, el periódico The Guardian citó un testimonio presencial según el cual en cuanto Armita Garawand entró en el vagón, una agente encargada de hacer cumplir de uso obligatorio del velo “preguntó a gritos a Armita Garawand por qué no llevaba el cabello cubierto”. El testigo presencial, según cita The Guardian, añadió que “Armita entonces le dijo: ‘le pido yo a usted que se quite el hiyab? ¿Por qué me pide a mí que lo lleve?’ La discusión se volvió violenta. La agente encargada de hacer cumplir las leyes del hiyab comenzó a agredir físicamente a Armita y […] la empujó con violencia.”
Los medios de comunicación estatales iraníes respondieron rápidamente a esa acusación atribuyendo el desplome de Armita Garawand a “una bajada de tensión”.
El 3 de octubre de 2023, los medios de comunicación estatales publicaron un vídeo en el que se veía a los padres de Armita Garawand reiterar con renuencia la versión del Estado. En el vídeo, su madre hizo pausas y dudó en varias ocasiones mientras describía el incidente.
En otra escena, se ve a una mujer, identificada vagamente como “familiar”, al lado de la madre de Armita Garawand, Shaheen Ahmadi. La mujer sostiene que las denuncias de agresión a Armita Garawand eran incorrectas, y que a la familia se le había permitido revisar las imágenes de la cámara de videovigilancia y que había dicho que “todo era correcto”. Se oye a la visiblemente preocupada madre de Armita Garawand interrumpir a la mujer señalando que a la familia no se le había permitido ver toda la grabación.
El 5 de octubre de 2023, los medios de comunicación estatales publicaron otro vídeo en el que se ve cómo se interroga a dos amigas de la escuela de Armita Garawand que repiten la versión de las autoridades sobre su desmayo. El vídeo también muestra imágenes de videovigilancia de una joven sin hiyab, que supuestamente es Armita Garawand el 1 de octubre, entrando en la estación, en el vagón, y después siendo llevada en brazos fuera del tren por sus amigas y otras pasajeras.
El Evidence Lab de Amnistía Internacional analizó las imágenes de la cámara de videovigilancia de la estación de metro publicadas por los medios de comunicación del Estado iraní. El análisis concluyó que la imágenes habían sido editadas y que la frecuencia de fotogramas del vídeo se había aumentado en cuatro secciones. La base de las marcas de tiempo de las imágenes apuntan a que faltan 3 minutos y 16 segundos de grabación.
Amnistía Internacional ha documentado el dilatado historial de las autoridades iraníes de someter a las familias de las víctimas a hostigamiento, intimidación y amenazas para obligarlas a repetir los relatos oficiales estatales que niegan cualquier responsabilidad de las autoridades por violaciones de derechos humanos. Por consiguiente, a la organización le suscita honda preocupación que se haya obligado a la familia y las amistades de Armita Garawand a aparecer en vídeos propagandísticos y repetir el relato oficial del Estado bajo coacción y amenazas de represalias.
Amnistía pide a los miembros de la comunidad internacional que persigan vías judiciales a nivel internacional, incluso mediante el principio de jurisdicción universal, para iniciar investigaciones penales contra las autoridades iraníes responsables de las violaciones generalizadas y sistemáticas de los derechos humanos de las mujeres y las niñas.
Información complementaria
La hospitalización de Armita Garawand se produce con el telón de fondo de una intensa campaña de opresión durante los últimos meses contra las mujeres y las niñas que desafían las leyes abusivas y discriminatorias sobre el uso obligatorio del velo. La campaña de opresión ha consistido en hostigamiento y ataques violentos de agentes estatales y parapoliciales contra mujeres y niñas que aparecen en público sin velo; la confiscación de automóviles; la negación del acceso al empleo, la educación, la atención de la salud, los servicios bancarios y el transporte público, y sentencias judiciales crueles.
El 27 de abril de 2023, el alcalde de Teherán, Alireza Zakani, introdujo un “plan de hiyab y castidad” para el municipio, que cuenta con unas fuerzas de seguridad municipales especiales (yegan-e hefazat-e shahrdari) para hacer frente a las mujeres y las niñas que no lleven velo en el metro.
El 20 de septiembre de 2023, el Parlamento de Irán aprobó un proyecto de ley que, si recibe la aprobación del Consejo de Guardianes, erosionará aún más los derechos humanos de las mujeres y las niñas que desafíen la obligatoriedad del velo.
Según el Código Penal Islámico de Irán, las mujeres pueden ser castigadas con penas de prisión, azotes o multas por dejarse ver en público sin hiyab.