“El rey de Arabia Saudí, Salman bin Abdul Aziz, debe detener la ejecución inminente de Jaafar Sultan y Sadeq Thamer, dos hombres bahreiníes que fueron condenados a muerte por terrorismo y cargos relacionados con unas protestas en un juicio manifiestamente injusto”, ha declarado hoy Amnistía Internacional.
En su análisis anual de la pena de muerte correspondiente a 2021, publicado hoy, Amnistía Internacional concluye que en Arabia Saudí se llevó a cabo más del doble de ejecuciones que el año anterior y que ese pico continuaba en marzo, cuando fueron ejecutadas 81 personas en un solo día.
“Estos dos hombres corren riesgo inminente de ejecución ahora que sus condenas están pendientes de ratificación por el rey. Ambos fueron condenados tras un juicio plagado de irregularidades basado en confesiones obtenidas mediante tortura. El rey Salman debe detener inmediatamente la ejecución de Jaafar Sultan y Sadeq Thamer, anular sus condenas a muerte y garantizar que se los juzga de nuevo con arreglo al derecho internacional”, manifestó Lynn Maalouf, directora adjunta de Amnistía Internacional para Oriente Medio y Norte de África.
“Al confirmar estas condenas a muerte, el sistema judicial de Arabia Saudí ha mostrado, una vez más, un escalofriante desprecio de los derechos humanos. Si el rey ratifica sus condenas, su ejecución constituirá una privación arbitraria del derecho a la vida.
Las autoridades saudíes deben ordenar una investigación inmediata, imparcial e independiente sobre las declaraciones que hicieron los enjuiciados ante el tribunal de que habían sido sometidos a tortura y malos tratos. Además, deben establecer una suspensión oficial de las ejecuciones con vistas a abolir totalmente la pena capital en Arabia Saudí”.
Información complementaria
Jaafar Sultan y Sadeq Thamer fueron detenidos el 8 de mayo de 2015 y recluidos en régimen de incomunicación y de aislamiento durante tres meses y medio. Sólo se les permitió llamar a su familia 115 días después, pero las autoridades penitenciarias no les permitieron revelar las condiciones en que estaban recluidos.
El Tribunal Penal Especializado los condenó a muerte en octubre de 2021 en un juicio manifiestamente injusto en el que fueron juzgados por cargos de terrorismo en relación con la introducción ilegal en Arabia Saudí de materiales explosivos y su participación en protestas contra el gobierno en Bahréin. El Tribunal de Apelación confirmó las condenas en abril de 2022 y podrían ser ejecutados en Arabia Saudí en cuanto el rey haya ratificado las condenas. Dada la inexistencia de información transparente sobre los procesos judiciales en Arabia Saudí, sobre todo en los casos de pena de muerte, las familias sólo conocen la suerte de sus seres queridos en los medios de comunicación una vez que se ha llevado a cabo la ejecución.
Jaafar y Sadeq no tuvieron acceso a representación letrada durante su detención preventiva ni los interrogatorios. Según la documentación judicial, declararon al tribunal que habían sido torturados y que sus supuestas confesiones se obtuvieron bajo coacción.
Amnistía Internacional se opone a la pena de muerte en todos los casos sin excepción, con independencia de la naturaleza del delito, las características de la persona condenada o el sistema de ejecución utilizado por el Estado. La pena de muerte es una violación del derecho a la vida y el exponente máximo de pena cruel, inhumana y degradante.
Únete a la Acción Urgente de Amnistía Internacional para pedir al rey Salman que detenga estas ejecuciones.