Marruecos: Periodista en huelga de hambre en estado crítico debe recibir atención médica adecuada

“Las autoridades marroquíes deben poner fin con urgencia al régimen de aislamiento al que está sometido un periodista detenido cuya salud corre peligro después de 51 días de huelga de hambre y garantizar que se le proporciona la atención médica especializada que necesita”, ha declarado Amnistía Internacional.

Sulieman Raissouni lleva en huelga de hambre desde el 8 de abril como protesta por su detención y su reclusión prolongada en régimen de aislamiento. Desde su detención por cargos de agresión sexual en mayo de 2020, lleva un año en una celda individual sin contacto significativo con ninguna persona durante más de 22 horas al día. Sufre hipertensión crónica, dolencia que requiere tratamiento periódico. Desde que inició la huelga de hambre, ha perdido 31 kilos y su salud se ha deteriorado enormemente.

“Si no recibe atención médica especializada, la salud de Suleiman Raissouni corre un riesgo crítico. Las autoridades de Marruecos deben garantizar urgentemente que tiene acceso a atención médica independiente a cargo de un médico de su elección y que su familia y equipo jurídico tienen acceso a su historia médica”, afirmó Amna Guellali, directora adjunta de Amnistía Internacional para Oriente Medio y Norte de África.

“Con independencia de los cargos de los que se acusa a alguien, las autoridades marroquíes tienen la obligación de respetar las normas internacionales sobre el tratamiento de las personas reclusas. Por otra parte, deben poner fin inmediatamente a la prolongada reclusión en régimen de aislamiento de Suleiman Raissouni, que viola la prohibición de la tortura”.

Si no recibe atención médica especializada, la salud de Suleiman Raissouni corre un riesgo crítico.

Amna Guellali, Amnistía Internacional

A pesar de las reciente visitas de una enfermera para monitorear la presión sanguínea y los niveles de glucosa y magnesio una o dos veces al día, y de un médico una o dos veces a la semana, el equipo jurídico y la familia de Suleiman Raissouni creen que esta atención no es suficiente porque éste padece hipertensión crónica y, más recientemente, ha tenido dificultades para caminar debido al dolor en la pierna derecha.

En su vista judicial más reciente, el 18 de mayo, su estado no le permitió ni siquiera hablar cuando fue presentado ante el juez. La vista se aplazó hasta el 3 de junio.

El día que comenzó su huelga de hambre, los guardias penitenciarios registraron su celda y requisaron sus objetos personales como represalia. Suleiman Raissouni dejó de beber agua hasta que le devolvieron sus pertenencias, seis días después. Además, fue trasladado a otra celda, cerca de la cocina de la prisión.

Los guardias penitenciarios también intensificaron el monitoreo de sus comunicaciones con su familia, permaneciendo a su lado para escuchar sus conversaciones telefónicas con ella.

Suleiman Raissouni, periodista del diario marroquí independiente Akhbar al Yaoum, está acusado de agredir sexualmente a un hombre gay en 2018. Los cargos formulados contra él incluyen “secuestro y violencia” y “daños a la decencia”.

Es fundamental que todas las acusaciones de agresión sexual se investiguen debidamente y que quienes perpetran dichas agresiones respondan de sus actos ante la justicia. Sin embargo, con independencia de la gravedad de los cargos formulados contra Suleiman, las autoridades deben garantizar que éste recibe un trato justo y una vista de fianza imparcial.

Información complementaria

Dos días antes de su detención el 20 de mayo de 2020, Suleiman Raissouni publicó un editorial crítico en el que mencionaba los nombres de Abdellatif Hammouchi, director general de la Policía Nacional y de los servicios secretos, y Mohamed Abdenabaoui, presidente de la Fiscalía, y criticaba a las autoridades por enjuiciar a miles de personas por infringir las “leyes sanitarias de emergencia” en medio de la pandemia de COVID-19.

En marzo de 2021, la administración del diario Akhbar al Yaoum anunció que se había visto obligada a cerrar debido al acoso y el encarcelamiento de sus periodistas, así como por dificultades económicas. En 2019, el editor del periódico, Taoufik Bouchrine, fue condenado a 15 años de prisión por varios cargos de agresión sexual.