¿Atracción turística o crimen de guerra? A AirBnb y TripAdvisor no les importa

Gabriela Quijano, responsable de Empresas y Derechos Humanos de Amnistía Internacional

Este artículo apareció publicado por primera vez en Newsweek

Las excavadoras del ejército israelí llevan unos meses entrando y saliendo de Jan al Ahmar, un pueblecito beduino situado en la Cisjordania ocupada. Hasta el momento, las máquinas sólo han nivelado el terreno, pero regresarán enseguida para derribar decenas de viviendas, así como la escuela, el consultorio médico y la mezquita que prestan servicio a esta comunidad. El Tribunal Supremo de Israel autorizó la demolición de Jan al Ahmar en septiembre [de 2018], y las 180 personas que viven allí pueden “elegir” entre dos posibles lugares para la reubicación: uno cerca del antiguo vertedero municipal de Jerusalén, y otro junto a una planta de tratamiento de aguas residuales cerca de la ciudad de Jericó.

A tan sólo dos kilómetros de distancia de Jan al Ahmar se encuentra el asentamiento israelí de Kfar Adumim, donde la vida no podría ser más diferente. El asentamiento, en el que residen unas 400 familias, es un próspero centro turístico de la zona gracias a la imponente vista que tiene del desierto de Judea y el valle del Jordán. En Kfar Adumim, los turistas pueden organizar costosas acampadas que les permiten “conocer la vida tal como era en tiempos bíblicos”. En tierras que han sido robadas a la población palestina y a escasa distancia de las viviendas declaradas en ruina de Jan al Ahmar, turistas procedentes de todo el mundo pagan por dormir y comer en tiendas tradicionales de estilo beduino.

Las personas colonas que preparan estos recorridos, así como los negocios y quienes ofrecen alojamiento en Kfar Adumim prosperan en parte gracias a la promoción que llevan a cabo las empresas de reserva online. Un nuevo informe de Amnistía Internacional muestra que, al anunciar alojamientos y atracciones localizados en asentamientos israelíes como Kfar Adumim, los gigantes del turismo Airbnb, Booking.com, Expedia y TripAdvisor contribuyen a que se cometan violaciones de derechos humanos contra la población palestina. Los asentamientos israelíes en los Territorios Palestinos Ocupados son ilegales en virtud del derecho internacional y constituyen crímenes de guerra.

El traslado forzoso de la población beduina de Jan al Ahmar es también un crimen de guerra. Kfar Adumim se construyó más de 30 años después del establecimiento de Jan al Ahmar y desde entonces ha invadido casi todas las tierras que la comunidad beduina usaba para apacentar sus animales. Esta comunidad ha visto así dañado su medio de subsistencia y sufre penurias.

A pesar de ello, cuando se redactó el informe, Airbnb, Booking.com, Expedia y TripAdvisor ofrecían varios anuncios de actividades y alojamiento en Kfar Adumim. Airbnb, Booking.com y Expedia anuncian “Desert Camping Israel”, un camping situado al este del asentamiento, donde quienes se hospedan pueden llegar a pagar 235 dólares estadounidenses por pasar la noche en una tienda beduina. TripAdvisor anuncia el recorrido “Genesis Land”, organizado por la misma empresa del camping, así como dos propiedades que pueden alquilarse a través del sitio web. También ofrece reseñas de un hotel, dos restaurantes y cinco actividades que se encuentran en el asentamiento y sus alrededores.

Ni Airbnb ni TripAdvisor dejan claro que estos anuncios están localizado en asentamientos ilegales situados en un territorio ocupado. Airbnb marca Kfar Adumim como “Israel”, que es incorrecto, y TripAdvisor lo marca “Territorios Palestinos”, que es sólo la mitad de la historia. A los posibles turistas no les queda claro que reservar alojamiento en Kfar Adumim contribuye a financiar una iniciativa ilegal ni que el establecimiento de Kfar Adumim y otros asentamientos es un crimen de guerra. Estas empresas de reserva online normalizan y contribuyen a mantener la presencia ilegal de personas colonas en la zona, y proporcionan al gobierno israelí incentivos económicos adicionales para seguir desarrollando los asentamientos.

En noviembre de 2018, Airbnb anunció que eliminaría todos los anuncios localizados en “los asentamientos israelíes de la Cisjordania ocupada”, que abarcaría las 30 propiedades que anuncia en Kfar Adumim. Sin embargo, Airbnb no incluyó a Jerusalén Oriental en su definición, lo que significa que seguirá siendo la empresa de reserva online con más anuncios en los asentamientos incluso si cumple su promesa. Jerusalén Oriental sigue sometida a ocupación y es un lugar crítico del conflicto entre Israel y Palestina, pero las cuatro empresas que Amnistía ha revisado anuncian alojamientos y atracciones propiedad de colonos o gestionadas por ellos allí.

Según el Ministerio de Turismo de Israel, casi la mitad de todos las personas extranjeras que visitaron el país en 2017 manifestaron haber buscado sugerencias de viaje en Internet antes de ir. Algunas empresas como Airbnb y TripAdvisor se inspiran en la idea del intercambio y la confianza mutua, pero promocionan negocios relacionados con los asentamientos a una enorme audiencia global, y se aprovechan así de la discriminación manifiesta y sistemática y contribuyen a perpetuarla. Las empresas de reserva online tienen la responsabilidad de respetar el derecho internacional humanitario y de derechos humanos. Hasta que retiren sus anuncios localizados en los asentamientos, Airbnb, Booking.com, Expedia y TripAdvisor están incumpliendo estas responsabilidades, así como sus propias normas corporativas.

La población palestina de Jan al Ahmar y otros lugares afronta un futuro incierto, y se hace más urgente dejar de tratar los crímenes de guerra como si fueran atracciones turísticas.