Siria: Siete años de catastrófico fracaso de la comunidad internacional

Cuando se cumplen siete años de conflicto en Siria, Amnistía Internacional pide a la comunidad internacional que asuma sus responsabilidades y tome medidas urgentes para poner fin al sufrimiento de millones de sirios y sirias y a los sangrientos ataques contra la población civil sometida a asedio en la Guta oriental y en Afrin.

“El catastrófico fracaso de la comunidad internacional a la hora de tomar medidas concretas para proteger a la población de Siria ha permitido a las partes en el conflicto, especialmente al gobierno sirio, cometer crímenes de guerra y crímenes de lesa humanidad con total impunidad, a menudo con la ayuda de potencias exteriores, en concreto de Rusia. Todos los años nos parece imposible que las partes en el conflicto puedan infligir aún más sufrimiento a la población civil, y año tras año nos demuestran que nuestra apreciación es errónea”, ha señalado Lynn Maalouf, directora de investigación de Amnistía Internacional para Oriente Medio.

El catastrófico fracaso de la comunidad internacional a la hora de tomar medidas concretas para proteger a la población de Siria ha permitido a las partes en el conflicto, especialmente al gobierno sirio, cometer crímenes de guerra y crímenes de lesa humanidad con total impunidad, a menudo con la ayuda de potencias exteriores, en concreto de Rusia. Todos los años nos parece imposible que las partes en el conflicto puedan infligir aún más sufrimiento a la población civil, y año tras año nos demuestran que nuestra apreciación es errónea.

Lynn Maalouf, directora de investigación para Oriente Medio

“Ahora mismo, en la Guta oriental, 400.000 hombres, mujeres, niñas y niños que llevan seis años sometidos a un asedio gubernamental ilícito son obligados a pasar hambre y bombardeados indiscriminadamente por el gobierno sirio con el respaldo del Rusia. Sólo en los dos últimos meses han muerto más de 600 civiles. La comunidad internacional dijo que “nunca más” cuando el gobierno devastó el este de Alepo con tácticas ilícitas similares. Pero estamos en las mismas. Los grupos armados de oposición han tomado represalias bombardeando indiscriminadamente dos pueblos de Idleb que mantienen también sitiados desde 2014. En Afrin, centenares de kurdos sirios se han visto obligados a huir como consecuencia de los ataques del gobierno turco y los grupos armados de oposición empeñados en tomar la localidad.”

“El gobierno sirio y otras partes en el conflicto han incumplido e ignorado reiteradamente las resoluciones del Consejo de seguridad de la ONU. Esta situación debe acabar ya. El Consejo de Seguridad debe hacer cumplir las resoluciones que ha aprobado para pedir el fin de los asedios y los ataques ilícitos. Debe también transmitir con rotundidad el mensaje de que los responsables de crímenes de guerra y crímenes de lesa humanidad deberán rendir cuentas, remitiendo para ello la situación a la fiscal de la Corte Penal Internacional.”

Amnistía Internacional pide a todas las partes en el conflicto que cumplan de inmediato con las obligaciones que han contraído en virtud del derecho internacional y permitan el paso en condiciones de seguridad a la población civil que quiera huir de la zona, además de facilitar el acceso sin restricciones a la ayuda humanitaria.

Voces de la Guta oriental: “La muerte nos seguirá a dondequiera que vayamos”

Desde el 18 de febrero, el gobierno sirio y Rusia han intensificado su campaña de bombardeos contra la Guta oriental, atacando a civiles e infraestructura civil, incluidos hospitales y escuelas. En los últimos días, el avance de la fuerzas del gobierno sobre la Guta oriental ha dividido la región en tres zonas, incomunicadas entre sí, lo que empeora las condiciones de la población civil que se haya ya atrapada en refugios subterráneos, donde vive hacinada y sin alimentos, agua ni luz solar siquiera.

Hablando con Amnistía Internacional, un habitante de Douma, localidad de la Guta oriental, se mostró desesperado porque el gobierno estaba confiscando los campos de trigo, fuente esencial de alimento para muchas personas.

“El gobierno sirio sabe lo que está haciendo. Sabe que sobrevivíamos gracias a los cultivos que podíamos cosechar, sobre todo el trigo. Lo más terrible es que los campos están llenos de trigo. Estábamos esperando a abril para cosecharlo, pero ahora va a ser el gobierno el que se aproveche.“”

También mostró su despreció por la promesa de crear corredores humanitarios para permitir a la población civil huir de la violencia.

“Ha sido siempre una farsa. ¿De verdad esperan que creamos que nos van poner a salvo? ¿El mismo gobierno que nos ha bombardeado y atacado va ahora a protegernos?”

Un paramédico dijo a Amnistía Internacional que los ataques aéreos habían obligado a sus colegas y a él a buscar refugio bajo tierra. Explicó que tardaron tres días en poder salir a la superficie y reanudar algunas de sus tareas, como enterrar a alrededor de 70 de las personas muertas.

Añadió que su esposa y su hija habían sufrido bombardeos de artillería en un sótano en la Guta Oriental durante las tres últimas semanas. “No han visto siquiera la luz del sol a causa del intenso bombardeo. La gente está hacinada en los sótanos y hay casos de niños que se han desmayado debido a la falta de oxígeno y de luz solar y a enfermedades. La situación es muy, muy trágica.”

El director de un hospital de Douma dijo a Amnistía Internacional que gran número de pacientes no recibían asistencia médica, entre ellos una mujer con una enfermedad renal que había muerto esperando a recibir tratamiento.

“Murió en la cama completamente sola. Tenía cuarenta y tantos años. Murió porque no teníamos medicinas suficientes y el convoy llegó demasiado tarde”, explicó el director del hospital.

Una trabajadora humanitaria que vive con decenas de familias en un refugio en Idleb describió las difíciles condiciones que soportan.

“Dormimos en el suelo de cemento. No hay ventanas. Ni aire fresco. Ni agua. Ni higiene alguna. Es horrible. Oigo a la gente toser, en especial a los niños. Mi hija —que tiene dos años— y yo tenemos dificultad para respirar. Al principio teníamos una bombona de oxígeno, pero ya no. Seguimos recibiendo a nuevas familias. No podemos dormir todos a la vez porque no hay sitio, así que hacemos turnos.”

Como muchas otras personas en Siria, la trabajadora humanitaria expresó una profunda falta de confianza en el gobierno.

“Hemos oído rumores de conciliación, pero es imposible. El gobierno nos odia. Si el gobierno entra en la Guta oriental, detendrán a mi esposo por ser hombre, aunque no sea combatiente. Se lo llevaran y le obligarán a combatir en el ejército. La muerte nos seguirá a dondequiera que vayamos. No hay ningún lugar seguro para nosotros. Ni en Idleb ni en la Guta oriental.”

Información complementaria:

Amnistía Internacional ha documentado las violaciones del derecho internacional que se vienen cometiendo en Siria desde el comienzo de la crisis en 2011 y ha puesto de relieve la terrible situación de las personas sometidas a desaparición forzada en las prisiones del gobierno, así como la estrategia de obligar a rendirse o morir de hambre que está aplicando el gobierno en las zonas sometidas a asedio.

Hasta la fecha, más de 400.000 personas han perdido la vida, muchas más han resultado heridas y 5,6 millones son ahora refugiados esparcidos por todo el mundo. Más de 75.000 personas se hallan sometidas a desaparición forzada en manos del gobierno sirio, y más de 8.000 han sido secuestradas por grupos armados de oposición y por el grupo armado autodenominado Estado Islámico.