Ante la afirmación de la ONU de que Myanmar continúa su campaña de limpieza étnica contra la población rohingya, que incluye la “privación forzada de alimentos”, James Gomez, director de Amnistía Internacional para el Sudeste Asiático y Oceanía, ha declarado:
Las autoridades de Myanmar deben poner fin a todas las operaciones encaminadas a expulsar a la población rohingya de su tierra, sea a punta de pistola o mediante la privación de alimentos.
James Gomez, director para el Sudeste Asiático y Oceanía
“Lamentablemente, las conclusiones de la ONU reflejan las nuestras: no hay duda de que continúa la cruel campaña de limpieza étnica de las autoridades de Myanmar contra la población rohingya. Rohingyas que han huido nos han contado que se los sigue privando forzadamente de alimentos para intentar expulsarlos silenciosamente del país.”
“Esta es una prueba más de que cualquier plan para la repatriación organizada de personas refugiadas rohingyas desde Bangladesh es sumamente prematuro. Nadie debería ser devuelto a Myanmar hasta que pueda hacerlo de forma voluntaria, en condiciones de seguridad y dignidad; algo que, evidentemente, no es posible hoy.”
“Las autoridades de Myanmar deben poner fin a todas las operaciones encaminadas a expulsar a la población rohingya de su tierra, sea a punta de pistola o mediante la privación de alimentos. Ya es hora también de que la comunidad internacional tome medidas acciones, lo que incluye la imposición de un embargo de armas y de sanciones específicas.”
Información complementaria
El 7 de febrero de 2018, Amnistía Internacional publicó un informe que mostraba que continuaba la campaña de limpieza étnica contra la población rohingya y detallaba cómo las autoridades negaban alimentos, participaban en robos sistemáticos y sometían a las mujeres y niñas a violencia sexual. Pueden consultar aquí el texto completo.