Yemen: Crecen los temores por la seguridad de la población civil ante la amenaza de la ofensiva de Hudaida

  • Según informes, la coalición liderada por Arabia Saudí se prepara para una gran ofensiva militar
  • La ciudad portuaria clave de Hudaida es un importante punto de entrada de ayuda humanitaria
  • Se está celebrando una conferencia de donantes de la ONU en Ginebra

Crecen los temores por la seguridad de la población civil en la estratégica ciudad portuaria de Hudaida, en el oeste de Yemen, en medio de informes que indican que en breve está prevista una gran ofensiva de la coalición liderada por Arabia Saudí; así lo ha manifestado Amnistía Internacional mientras los Estados de la ONU se reúnen hoy, 25 de abril, en una conferencia de donantes en Ginebra.

Un asalto a la cuarta ciudad más poblada del país que alterase gravemente el funcionamiento del puerto no sólo pondría en grave peligro a la población civil; también correría el riesgo de interrumpir un flujo de ayuda esencial para un país que depende en un 80% de las importaciones, y con ello empeorar una situación humanitaria que ya es terrible.

“El conflicto ya ha causado un sufrimiento terrible a la población civil de Yemen, que soporta las peores consecuencias de estos combates desde hace más de dos años. La coalición liderada por Arabia Saudí ha incumplido descaradamente el derecho internacional humanitario al llevar a cabo reiterados ataques aéreos indiscriminados y otros de carácter ilegítimo en zonas densamente pobladas de todo Yemen. Hay miles de muertos y heridos entre la población civil, así como destrucción y daños generalizados en viviendas e infraestructuras. No puede repetirse este grado de destrucción y homicidios ilegítimos en Hudaida”, ha dicho Lynn Maalouf, directora adjunta de investigación de la oficina de Amnistía Internacional en Beirut.

“Ante el desplazamiento constante de la línea de combate hacia el norte a lo largo de la costa del mar Rojo, y la amenaza de un asalto a la ciudad de Hudaida y zonas circundantes, tanto la coalición liderada por Arabia Saudí como las fuerzas huzíes leales a Salé y otros grupos deben abstenerse de llevar a cabo ataques indiscriminados o desproporcionados. Es fundamental que adopten todas las precauciones posibles para garantizar la protección de la población civil, lo que incluye avisar de los ataques a los residentes con la debida antelación y darles tiempo para abandonar la zona en condiciones seguras.”

La población estimada de la ciudad de Hudaida antes de la guerra era de más de 400.000 habitantes. Según la Fuerza de Trabajo para Movimientos Poblacionales codirigida por la agencia de la ONU para los refugiados y la Organización Internacional para las Migraciones, la gobernación de Hudaida acogía al menos a 100.000 personas internamente desplazadas en enero de 2017.

La probabilidad de una gran operación militar en Hudaida, además, pone de manifiesto la necesidad de que la comunidad internacional suspenda todas las transferencias de armas, municiones, tecnología o material militar y apoyo logístico a todas las partes enfrentadas en el conflicto para su uso en Yemen.

En los últimos dos años de combates, todas las partes en conflicto, incluidos grupos armados y milicias huzíes y antihuzíes, han llevado a cabo ataques ilegítimos que han causado la muerte o lesiones a civiles, y no han distinguido entre bienes de carácter civil y objetivos militares. Según la Oficina del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, más de 13.000 civiles han resultado muertos o heridos desde que los combates se propagaron por todo en el país en marzo de 2015.

En mayo de 2015, la coalición liderada por Arabia Saudí declaró la ciudad de Saada, en el norte del país, “zona militar”. Los civiles residentes en la zona no fueron avisados con tiempo suficiente para evacuarla, por lo que miles de personas quedaron atrapadas durante los tres meses que las fuerzas de la coalición llevaron a cabo bombardeos de saturación indiscriminados contra la ciudad, en ataques que violaron de manera flagrante el derecho internacional humanitario.

A mediados de 2015, tanto las fuerzas huzíes como las antihuzíes también pusieron en peligro a la población civil al batallar por el control de Adén y Taiz. En los ataques terrestres documentados por Amnistía Internacional, en los que casi 200 civiles murieron o resultaron heridos, ninguno de los bandos había distinguido entre combatientes y civiles en ningún momento, en contravención del derecho internacional. En la ciudad de Taiz, una guerra urbana prosigue imparable hasta hoy, aumentando el sufrimiento de los civiles.

El equipo de investigación de Amnistía Internacional que estaba sobre el terreno durante la ofensiva de Saada y los combates urbanos de Adén y Taiz fue testigo directo de las demoledoras consecuencias para los civiles, a quienes no se garantizó el paso de forma segura ni se avisó con la debida antelación.

La presencia de combatientes del grupo armado huzí o de otras fuerzas afines a Salé entre la población civil y en áreas civiles no justificaría que la coalición tratara toda la ciudad de Hudaida como objetivo militar, con independencia de que sea declarada oficialmente zona militar, como se hizo con Saada.

Semejante acción ilegítima tendría consecuencias devastadoras que irían mucho más allá de Hudaida, dado que el puerto de la ciudad es un punto esencial de entrada de la indispensable ayuda humanitaria internacional. Aunque actualmente el puerto no funciona a pleno rendimiento debido a los daños sufridos en sus instalaciones, el 80% de las mercancías importadas por Yemen entraban por el puerto de Hudaida cuando estalló el conflicto. La ONU ha advertido de que los cambios en la afluencia de mercancías a través del puerto “tendrían consecuencias graves”.

Yemen se enfrenta en la actualidad a una de las peores crisis humanitarias del mundo. Al menos 21 millones de personas necesitan desesperadamente la ayuda humanitaria para sobrevivir, y aproximadamente 7 millones están al borde de la inanición.

Es fundamental que todas las partes del conflicto permitan el acceso sin trabas de la ayuda humanitaria imparcial, para que llegue sin demora a la población civil que la necesita.