Pakistán: La oleada de violencia revela un terrible desprecio por la vida humana

Un atentado con explosivos perpetrado en Lahore y que ha matado a ocho personas es la última muestra de una oleada de violencia que pone de manifiesto un terrible desprecio por la vida humana, ha afirmado Amnistía Internacional hoy.

En los últimos 15 días, una serie de atentados con explosivos, reivindicados por diversos grupos armados, se han cobrado la vida de más de 120 personas, suscitando temor por la protección de la vida humana.

“Todos los presuntos responsables de esta terrible oleada de violencia deben ser puestos a disposición judicial para que sean sometidos a juicios justos ante tribunales civiles ordinarios y sin que se recurra a la pena de muerte”, ha señalado Nadia Rahman, responsable de campañas de Amnistía Internacional para Pakistán.

“Las autoridades paquistaníes tienen el deber de proteger la vida de todas las personas del país, y deben hacerlo respetando el derecho y las normas internacionales. Recurriendo a métodos crueles e inhumanos no se abordarán las causas básicas del problema, y además se correrá el riesgo de perpetuar la espiral de violencia.”

El atentado con explosivos de Lahore se produce una semana después de que más de 80 personas fueran asesinadas en el famoso santuario de Lal Shahbaz Qalandar de Sehwan, Sind. Entre las ciudades donde se han perpetrado atentados figuran Lahore, Quetta, Peshawar y Dera Ismail Jan.

Las víctimas de estos atentados merecen justicia verdadera, no que se emprenda una campaña de venganza violenta en su nombre.

Nadia Rahman, responsable de campañas para Pakistán

Tras el atentado de Sehwan, las autoridades paquistaníes afirmaron haber matado a 100 “terroristas”. No se han desvelado datos de ninguna investigación criminal, como quiénes eran las personas a las que se mató, cuál había sido su participación en los atentados y por qué no se las llevó ante la justicia para someterlas a un juicio justo.

“Las víctimas de estos atentados merecen justicia verdadera, no que se emprenda una campaña de venganza violenta en su nombre“, ha manifestado Nadia Rahman.

El atentado con explosivos de Lahore se ha producido en un momento en que el ejército de Pakistán ha anunciado una nueva ofensiva, la operación “Radd ul-Fasaad”, y en que han concedido poderes especiales a los Ranger, policía paramilitar de Pakistán, para llevar a cabo operaciones en Lahore y otras partes de Punyab.

Amnistía Internacional pide a las autoridades que garanticen que en todas las operaciones de seguridad se cumplen la obligaciones contraídas por Pakistán en virtud del derecho internacional.

La organización ha documentado delitos de derecho internacional y violaciones de derechos humanos cometidos bajo la jurisdicción de tropas paramilitares en Karachi, entre ellas detenciones arbitrarias, tortura y otros malos tratos y negación del acceso a abogados, de atención médica y de garantías de juicio justo.

“Las injusticias que vimos en Karachi no deben repetirse en Lahore u otras partes del país”, ha añadido Nadia Rahman.

El Parlamento de Pakistán está examinando en la actualidad propuestas de restablecimiento del mandato de los tribunales militares para juzgar a civiles, tras la finalización el 7 de enero de un mandato de dos años.

Amnistía Internacional considera que la jurisdicción penal de los tribunales militares debe estar limitada, en Pakistán y en cualquier otro país, a los juicios de miembros de las fuerzas amadas por infracciones de la disciplina militar; no debe hacerse extensiva a los delitos de derecho internacional ni a las violaciones de derechos humanos.

De acuerdo con el derecho internacional, Amnistía Internacional se opone al uso de tribunales militares para juzgar a civiles y, junto con otras organizaciones, ha documentado toda una serie de violaciones de derechos humanos derivadas de ello, como confesiones obtenidas con coacción, procesos opacos, ejecuciones y juicios injustos.

“Todo gobierno tiene el deber de proteger la vida de las personas y tomar las medidas necesarias para velar por su seguridad, pero los tribunales militares no son la solución”, ha afirmado Nadia Rahman.

“La única forma de abordar los atentados contra los derechos humanos es con justicia, verdad y reparación, no con más violaciones de derechos humanos.”