Canadá: La explotación incontrolada de los recursos pone a las mujeres y las niñas indígenas en mayor peligro de violencia

Un nuevo informe documenta que el gobierno no protege los derechos ni responde a las peticiones de que exista un nivel riguroso de protección de las mujeres y las niñas indígenas en todas las decisiones sobre desarrollo de Canadá.

Décadas de explotación descontrolada de los recursos y fracasos en las políticas gubernamentales han socavado la estructura social de las comunidades de Columbia Británica (Canadá) y puesto en grave peligro las vidas y la seguridad de las mujeres y las niñas indígenas, afirma Amnistía Internacional en un nuevo informe.

El informe, titulado Ojos que no ven, corazón que no siente, demuestra que la explotación de recursos en el nordeste de Columbia Británica ha erosionado las tierras de la región que son la base de la salud y el bienestar de las primeras naciones y el pueblo métis, al tiempo que la afluencia de trabajadores temporales ha elevado los precios de artículos de primera necesidad en la zona, como la vivienda. El aumento de los índices de delitos violentos y la disminución del acceso a los servicios sociales han situado a las mujeres y las niñas indígenas en mayor peligro de sufrir daños, y al mismo tiempo les han negado las protecciones y el apoyo que necesitan. El nordeste de Columbia Británica tiene uno de los índices de delitos violentos más altos de Canadá.

“La explotación descontrolada de los recursos en esta región está creando un entorno en el que las mujeres y las niñas indígenas se enfrentan a niveles de violencia extrema generalizados y alarmantes, incluso cuando se comparan con el nivel ya lamentable de marginación de este grupo en la sociedad canadiense en general”, ha declarado Erika Guevara Rosas, directora regional para América de Amnistía Internacional. “El hecho de que estas realidades profundamente alarmantes no se estén abordando ni se les esté dando prioridad cuando los políticos toman decisiones sobre la explotación de los recursos supone un grave y preocupante fallo por parte de Canadá.”

Durante más de 30 años, ministerios, investigadores independientes y organizaciones indígenas han puesto de relieve muchas de las preocupaciones que se describen en el informe de Amnistía Internacional. A pesar de estas advertencias, las autoridades federales y provinciales no han tomado medidas suficientes para mitigar el impacto que tiene la explotación de los recursos sobre los derechos de las mujeres y las niñas indígenas.

“Teniendo en cuenta todos estos informes previos, los hallazgos de Amnistía Internacional no deberían ser una sorpresa para las autoridades canadienses. Es increíble que los gobiernos federal y provincial aún no hayan garantizado que los derechos humanos estén adecuadamente protegidos antes de emprender cualquier proyecto de desarrollo”, ha dicho Alex Neve, secretario general de Amnistía Internacional Canadá (habla inglesa).

Entre los motivos de preocupación documentados en el informe de Amnistía Internacional figuran:

  • Los patrones bien documentados de abuso en el consumo de drogas y alcohol existentes entre ciertos trabajadores del sector de los recursos en el nordeste de Columbia Británica, que contribuyen al elevado índice de delitos violentos.
  • La inseguridad económica que crean los elevados precios de la zona para artículos de primera necesidad como la vivienda, y el hecho de que sea más difícil competir para conseguir ciertos servicios, como los servicios de atención a los hijos e hijas, hacen que a las mujeres sin acceso a salarios elevados les resulte mucho más difícil salir de relaciones violentas.
  • La gran pérdida de tierras ha hecho que a las familias indígenas les resulte más difícil mantener tradiciones como la caza y la recolección de plantas medicinales, indispensables para la salud y el bienestar de sus comunidades.
  • Los organismos de servicios sociales, sin fondos suficientes, están en estado de crisis y no pueden satisfacer las urgentes necesidades de la comunidad.

El nordeste de Columbia Británica sufre uno de los procesos de explotación de recursos más intensivos de Canadá, con miles de pozos de petróleo y gas y un gran proyecto de energía hidroeléctrica (el tercero), la presa Site C, actualmente en construcción en el río de la Paz. Aunque la desaceleración mundial del sector de la energía ha ralentizado el ritmo de nuevas explotaciones en el nordeste, la construcción de la presa Site C continúa, y el gobierno provincial sigue prediciendo el futuro crecimiento de la producción y la exportación de gas natural licuado.

“Algunos proyectos, como la presa Site C, no deberían seguir adelante aunque sólo fuera porque el daño que están haciendo a los pueblos indígenas es injustificable”, ha dicho Alex Neve. “En cuanto al resto, es preciso introducir modificaciones en el proceso de toma de decisiones para garantizar que se identifican los peligros potenciales que estos proyectos suponen para las personas más marginadas y se ponen en marcha estrategias que los reduzcan eficazmente.”

“Cuando Canadá facilita ayuda internacional en proyectos de desarrollo en otros países, el gobierno federal exige una evaluación del impacto de género. El nivel de exigencia para los proyectos de explotación de recursos dentro del territorio canadiense no debería ser inferior”, ha dicho Erika Guevara-Rosas.

El nuevo informe incluye 30 recomendaciones para todos los niveles de gobierno, organismos encargados de hacer cumplir la ley y el sector privado, por ejemplo:

  • reformar el proceso de toma de decisiones sobre la explotación de recursos para garantizar que los pueblos indígenas desempeñan un papel más importante, y exigir que se examinen impactos concretos sobre las mujeres y las niñas;
  • realizar un análisis regional de los impactos sociales acumulativos ya experimentados como consecuencia de la explotación intensiva de recursos en el nordeste de Columbia Británica;
  • realizar una evaluación de las necesidades de servicios sociales e infraestructura en el nordeste de Columbia Británica;
  • aumentar en general la financiación de los servicios sociales en Columbia Británica, con inversión específica en el nordeste.

El gobierno federal inició recientemente la investigación nacional sobre mujeres y niñas indígenas desaparecidas y asesinadas. Amnistía insta a que en esta investigación se examine cómo contribuye el actual modelo de explotación de recursos a los peligros a los que se enfrentan las mujeres y las niñas indígenas en el nordeste de Columbia Británica y en toda Canadá.

“Si estas amenazas a la seguridad y el bienestar de las mujeres y las niñas indígenas no se reconocen y se abordan, la labor de la investigación nacional quedará desvirtuada”, ha dicho Alex Neve.

La investigación de Amnistía Internacional en el nordeste de Columbia Británica se basa en la ya dilatada campaña Hermanas robadas (Stolen Sisters) para acabar con la violencia contra las mujeres y las niñas indígenas en Canadá, y en un corpus más grande de trabajos para garantizar que los derechos de todos los pueblos indígenas de Canadá se respetan, protegen y hacen realidad.