La liberación de Khadija Ismayilova por orden del Tribunal Supremo de Azerbaiyán es una medida muy bien recibida, pero esta mujer no obtendrá justicia hasta que su declaración de culpabilidad sea anulada. Así lo ha manifestado Amnistía Internacional.
Khadija Ismayilova fue condenada a siete años y medio de prisión en un juicio celebrado en septiembre de 2015por cargos falsos de malversación, actividad empresarial ilegal, evasión de impuestos y abuso de poder. Hoy, el Tribunal Supremo ha reducido su condena a una pena condicional de tres años y medio de prisión, tras anular dos de los cuatro cargos presentados inicialmente contra ella.
“Para obtener justicia por su erróneo encarcelamiento, Khadija Ismayilova debe ser totalmente absuelta”, ha manifestado Denis Krivosheev, director adjunto de Amnistía Internacional para Europa y Asia Central.
Para obtener justicia por su erróneo encarcelamiento, Khadija Ismayilova debe ser totalmente absuelta.
Denis Krivosheev, director adjunto de Amnistía Internacional para Europa y Asia Central
“Numerosos presos de conciencia más permanecen encarcelados por ejercer su derecho a la libertad de expresión en Azerbaiyán, y deben ser también liberados para romper este peligroso patrón de miedo y represión.”
Khadija Ismayilova, que trabajaba para Radio Free Europe, estaba investigando e informando sobre la corrupción a los más altos niveles en el gobierno azerbaiyano, incluida la que implicaba a familiares del presidente, Ilham Aliyev.
Amnistía Internacional la reconoció como presa de conciencia y, junto con otros grupos de derechos humanos, hizo amplia campaña en favor de su liberación. Khadija Ismayilova recibió este mismo mes el Premio Mundial de Libertad de Prensa, concedido por la UNESCO.