Los indicios abrumadores de crímenes de guerra cometidos por la coalición que dirige Arabia Saudí, con armas suministradas por Estados Unidos y otros, evidencian la necesidad urgente de una investigación independiente y eficaz sobre las violaciones de derechos humanos, y también de que se suspendan las transferencias de ciertas armas; así lo afirma Amnistía Internacional en un informe que ha publicado hoy.
En ‘Bombs fall from the sky day and night’: Civilians under fire in northern Yemen se analizan 13 mortíferos ataques aéreos perpetrados por la coalición en Sada, en el noreste de Yemen, que causó la muerte de unos 100 civiles, entre ellos 59 menores de edad. También se documenta en este informe el uso de bombas de racimo prohibidas internacionalmente.
“Este informe destapa más indicios de ataques aéreos ilegales llevados a cabo por la coalición dirigida por Arabia Saudí, algunos de los cuales constituyen crímenes de guerra. Demuestra con espeluznante detalle que es fundamental terminar con el uso de las armas para cometer graves violaciones de derechos humanos de esta naturaleza”, ha afirmado Donatella Rovera, asesora general de Amnistía Internacional sobre respuesta a las crisis, quien presidió la visita de investigación de la organización a Yemen.
“Estados Unidos y otros Estados que exportan armas a alguno de los bandos enfrentados en el conflicto de Yemen tienen la responsabilidad de garantizar que las transferencias de armas que autorizan no facilitan la comisión de violaciones graves del derecho internacional humanitario.”
Este informe destapa aun más indicios de ataques aéreos ilegales llevados a cabo por la coalición coalición dirigida por Arabia Saudí, algunos de los cuales constituyen crímenes de guerra. Demuestra con espeluznante detalle que es fundamental terminar con el uso de las armas para cometer graves violaciones de derechos humanos de esta naturaleza.
Donatella Rovera, asesora general de Amnistía Internacional sobre respuesta a las crisis
Amnistía Internacional pide a los miembros de la coalición dirigida por Arabia Saudí que participan en la campaña militar que suspendan las transferencias de armas y municiones utilizadas para cometer violaciones del derecho internacional humanitario en Yemen, incluidos crímenes de guerra: en particular, las bombas de la serie MK (MARK) 80 y otras bombas de propósito general, aviones de combate, helicópteros de combate, y sus partes y componentes conexos.
Han muerto más civiles por ataques aéreos de la Coalición que por ninguna otra causa durante el conflicto de Yemen. La ciudad de Sada ha sufrido mayor destrucción que ninguna otra ciudad del país por los ataques aéreos de la coalición.
El informe pone de manifiesto un patrón de apabullante desprecio por la vida de los civiles por parte de la coalición militar encabezada por Arabia Saudí, que, en contravención del derecho internacional, declaró objetivos militares las ciudades de Sada y la vecina Marran en su totalidad, en las que residen decenas de miles de civiles. En al menos cuatro de los ataques aéreos investigados por Amnistía Internacional, las viviendas atacadas fueron alcanzadas en más de una ocasión, lo que parece indicar que eran los objetivos perseguidos a pesar de que no existía ninguna prueba de que se estuvieran utilizando para fines militares.
“Declarar objetivos militares extensas zonas densamente pobladas y atacar repetidamente viviendas civiles son elocuentes ejemplos de la flagrante falta de precauciones adoptadas por las fuerzas de la coalición para evitar la pérdida de vidas civiles como exige el derecho internacional humanitario”, ha dicho Donatella Rovera.
En general, al menos 59 menores de edad resultaron muertos en los 13 ataques aéreos documentados por Amnistía Internacional en la región de Sada entre mayo y julio de 2015, muchos de ellos cuando estaban jugando junto a la puerta de su casa; otros estaban durmiendo.
En un ataque aéreo perpetrado el 13 de junio de 2015 en una casa situada en el valle de Dammaj, en Al Safra, las fuerzas de la coalición mataron a ocho niños y dos mujeres de la misma familia e hirieron a otros siete de sus miembros.
“Había 19 personas en la casa cuando la bombardearon. Todas excepto una eran mujeres y niños. Los menores de edad, que suelen están fuera por el día, estaban en casa porque era la hora de comer. Todos resultaron muertos o heridos. Entre los fallecidos había un bebé con 12 días de vida”, explicó Abdullah Ahmed Yahya al Sailami, cuyo hijo de un año estaba entre las víctimas mortales.
Había 19 personas en la casa cuando la bombardearon. Todas excepto una eran mujeres y niños […] Entre los fallecidos había un bebé con 12 días de vida.
Abdullah Ahmed Yahya al Sailami
Otro familiar que ayudó en las tareas de rescate dijo que había aparecido entre los escombros el cadáver de un niño de un año con el chupete todavía puesto en la boca. El equipo de investigación de Amnistía Internacional sólo encontró artículos domésticos –juguetes, libros y utensilios de cocina– entre los escombros. No encontró ningún rastro de armas u otro material militar, ni tampoco otros indicios de que la casa fuera un objetivo militar legítimo.
Otros ataques alcanzaron a vehículos que transportaban a civiles que huían del conflicto, alimentos, provisiones de ayuda humanitaria o animales. El informe contiene además datos pormenorizados de varios ataques a comercios, mercados y otras propiedades comerciales.
La población civil de Sada, que vive sometida al terror permanente de los ataques aéreos, también se enfrenta a una grave crisis humanitaria, donde el suministro eléctrico de toda la ciudad se ha interrumpido, el sistema de asistencia médica se ha colapsado en las zonas alejadas y hay una grave falta de médicos. El equipo investigador de Amnistía Internacional encontró asimismo restos de dos tipos de bombas de racimo: submunición BLU-97 y su soporte (CBU-97), y el arma activada por sensores CBU-105, más sofisticada. Las bombas de racimo, prohibidas por el derecho internacional, esparcen decenas de submuniciones sobre un área extensa. Muchas de estas submuniciones no explotan al impactar, por lo que siguen representando una amenaza mortal para quien entre en contacto con ellas.
Mohammed Hamood al Wabash, de 13 años, sufrió múltiples fracturas en el pie izquierdo al tropezar con submunición sin explotar procedente de una bomba de racimo. Amnistía Internacional pide a los miembros de la coalición que pongan fin de inmediato al uso de bombas de racimo, y a todos los Estados que dejen de transferir tales armas.
Llamamiento a la rendición de cuentas
La semana pasada fracasaron los intentos de establecer una investigación internacional independiente sobre el conflicto en la sede del Consejo de Derechos Humanos de la ONU en Ginebra, y en su lugar se aprobó una resolución de apoyo a una comisión de investigación dirigida por autoridades nacionales.
“La indiferencia del mundo ante el sufrimiento de la población civil yemení en este conflicto es indignante. El fracaso del Consejo de Derechos Humanos la semana pasada para establecer una investigación internacional sobre las violaciones de derechos humanos cometidas por todas las partes enfrentadas es el último de una sucesión de fracasos de la comunidad internacional a la hora de abordar la impunidad total de los autores de graves abusos en Yemen”, ha dicho Donatella Rovera.
“La falta de rendición de cuentas ha contribuido a empeorar la crisis y, si los autores de los abusos siguen pensando que no tendrán que comparecer ante la justicia por sus delitos, la población civil seguirá pagando las consecuencias.”
La indiferencia del mundo ante el sufrimiento de la población civil yemení en este conflicto es indignante.
Donatella Rovera
Podría haber una investigación internacional establecida mediante una resolución aprobada por la Asamblea General o el Consejo de Seguridad de la ONU, o establecida por el secretario general o la alta comisionada para los derechos humanos, actuando por propia iniciativa.