Personas en movimiento: El impacto del conflicto de Siria visto desde lejos

Este texto forma parte de una serie especial sobre personas en movimiento que pone de manifiesto las violaciones de derechos humanos que sufren las personas migrantes, refugiadas y solicitantes de asilo en todo el mundo. Estos perfiles se publican en torno a la presentación del Informe 2013 de Amnistía Internacional.

El desplazamiento masivo de personas durante los conflictos armados, en los que las víctimas hacen peligrosos viajes y padecen situaciones precarias cuando se establecen en campamentos para huir de la peor parte de las hostilidades, ya está bien documentado.

Pero la guerra también tiene un impacto en quienes ya están viviendo fuera de su país, que observan desde lejos, esperando y preocupándose por los amigos y seres queridos que siguen allí, en medio de un horror que no cesa.

Husam Helmi, de 33 años, ya había vivido y estudiado cuatro años en Londres cuando estallaron los combates en su Siria natal a mediados de 2011. Sus padres y hermanos permanecieron en Daraya, un suburbio del sur de la capital siria, Damasco, hasta que lograron huir a Egipto este año.

“Lo peor es estar observando la destrucción del país en el que crecí”, declaró Husam Helmi a Amnistía Internacional.

“La tragedia no está sólo dentro, sino también fuera de Siria”, dijo, refiriéndose a la terrible situación de los más de 1,5 millones de refugiados que se han visto obligados a huir.

Aunque él no es un refugiado, como otros sirios que viven en el extranjero, Husam se sentía personalmente destrozado por lo que estaba ocurriendo en su país. Pero su desesperación le hizo tratar de hacer algo para quienes —como su familia— estaban aún allí. Veterano activista

Durante la mayor parte de su vida adulta, Husam ha pertenecido a diversos grupos de activistas que buscan una reparación por las violaciones de derechos humanos cometidas por los gobiernos de Oriente Medio y el Norte de África.

En la propia Siria, recuerda sentir la profunda frustración y la ira de partes de la población debido a la corrupción endémica, las restricciones a la disidencia y otras cuestiones que latían bajo la superficie.

“La gente no era feliz”, dice, recordando la segunda visita que hizo a su país desde Londres, en septiembre de 2010.

Pero casi nadie esperaba la masiva rebelión popular que comenzó a cobrar fuerza en Siria a principios de 2011, inspirada en otras protestas masivas de Oriente Medio y el Norte de África.

Cuando sucedió, Husam y otros sirios residentes en el extranjero se pusieron en contacto para pensar en formas de ayudar a los activistas que estaban dentro del país. Se unió al Syrian Nonviolence Movement (Movimiento Sirio de No Violencia), que formaba a activistas en la resistencia no violenta y en la desobediencia civil, y posteriormente, cuando estalló el conflicto armado, se hizo miembro de Freedom Days, una coordinadora de organizaciones no gubernamentales de dentro y fuera de Siria.  Dar voz a la rebelión

Pero quizá el papel más importante que ha desempeñado Husam desde que comenzó el conflicto sirio ha sido el de cofundador del periódico independiente Enab Baladi.

Este semanario, que se hace desde Daraya, la ciudad natal de Husam, está financiado en su integridad por activistas. Desde que empezó, a principios de 2012, ha publicado 65 ediciones en Internet y ahora cuenta con alrededor de 25 personas en la plantilla. La mayoría son estudiantes y activistas, y no periodistas formados, pero Husam señala que a medida que ha ido pasando el tiempo, han ido perfeccionando sus técnicas informativas.

Y tienen acceso a una realidad cotidiana que resulta difícil hasta para los templados corresponsales extranjeros. Los temas que abarcan incluyen noticias de detenciones de activistas y reportajes sobre personas en medio del conflicto en curso que muestran el impacto de los combates en la población civil a manos de todas las partes, algo que a menudo pasan por alto o ignoran los medios de comunicación estatales sirios.

Aunque inicialmente se centraban en informar del impacto de la represión del presidente Bashar al Assad en la zona de Daraya, a medida que el periódico creció, empezó a trabajar con corresponsales en Idib, Alepo y otras partes del país para mantener al corriente a los lectores también de lo que sucedía allí.

Según Husam, las severas restricciones impuestas en Siria a los movimientos de los medios de comunicación internacionales han hecho que el modelo de Enab Baladi se haya reproducido en otras ciudades del país.

Lo irónico es que ha sido el deterioro de la situación de los derechos humanos en Siria y de la situación de la seguridad lo que ha propiciado que este tipo de periódicos locales encontrasen su voz, pues antes de la rebelión sencillamente no estaban tolerados, y los ciudadanos sirios corrientes tenían demasiado miedo para hablar.

“Cuando aparecieron estos periódicos en las calles y en Internet, el gobierno les tenía incluso más miedo que a la proliferación de armas, porque no pueden controlar el pensamiento”, explica Husam.

Pero lo que sí pueden hacer es tratar de silenciar las voces críticas, y desde su fundación, Enab Baladi ha perdido a un editor y a otros dos miembros de la plantilla, todos ellos muertos en el conflicto.

Husam no tiene forma de saber con seguridad si murieron por su labor informativa, aunque un informe reciente de Amnistía Internacional pone de relieve lo peligroso que se ha convertido ser reportero en Siria.Pero sí sabe que algunos ex detenidos han informado de que en los interrogatorios bajo custodia les han preguntado por el personal del periódico y por sus actividades. Construir una nueva Siria

Husam reconoce que cuando el conflicto armado actual llegue a su fin, hará falta mucho trabajo para reconstruir Siria. No se trata sólo de las instituciones, viviendas e infraestructuras destruidos en los combates: los ciudadanos sirios corrientes necesitarán oportunidades económicas y educativas para recuperar su dignidad.

Husam ve Enab Baladi —y otros periódicos independientes creados en los últimos dos años— como un paso clave hacia la prensa libre, una importante pieza en la construcción de una nueva Siria.