Campaña internacional contra la violación en zonas de conflicto

Decenas de miles de civiles huyeron aterrorizados esta semana, cuando el grupo armado M23 invadió la ciudad de Goma, en el este de República Democrática del Congo (RDC), agravando así una situación de derechos humanos que ya era desesperada. Cuando la ciudad cayó en manos del M23 el martes, muchos más civiles emprendieron la huida, quedándose sin asistencia en una zona en donde, ante el aumento de las hostilidades, corren un considerable peligro de quedar atrapados en fuego cruzado. En los últimos meses, Amnistía Internacional ha documentado numerosos crímenes de derecho internacional y otras violaciones de derechos humanos cometidas durante los combates entre el M23 y el ejército de RDC. Durante los últimos 15 años, los civiles atrapados en el conflicto han sufrido diversos abusos; las mujeres y las niñas han sido especialmente perseguidas, y se han recibido numerosos informes de violaciones y otras formas de violencia sexual. “Me violaron cuando estaba recogiendo leña”, contó recientemente una mujer de la región de Rutshuru, en Kivu Septentrional, a la delegación de Amnistía Internacional que la visitó en un campo para desplazados internos a las afueras de Goma, la capital de la provincia. Los hechos se produjeron tras la llegada de la mujer al campo, en julio de este año, en donde se refugió para escapar de los enfrentamientos entre el M23 y el ejército congoleño. Había salido del campo para recoger leña, y llevaba casi una hora andando cuando se le acercó un hombre vestido de civil que blandía un machete. “Estaba cortando leña y vi a un hombre haciendo lo mismo con un machete. No sé si era un leñador o solo un bandido […], tenía un machete. Me dijo que me quería y le contesté que yo no le quería a él”, contó. “Me dijo: ‘No quiero casarme contigo, solo quiero sexo’. Así que me tomó por la fuerza, incluso me hirió. Dijo que si gritaba me golpearía con el machete.”No es raro encontrar historias como esta en el este de RDC; en esa zona, el conflicto armado ha obligado a muchas mujeres y niñas a huir varias veces, a menudo sin familiares masculinos adultos, por lo que corren mayor peligro de sufrir violencia sexual. Algunas también han denunciado acoso sexual por parte de fuerzas de seguridad. En un intento de poner fin a este tipo de violencia de género en Kivu Septentrional, Amnistía Internacional ha instado a las autoridades de RDC a que garanticen que sus fuerzas de seguridad reciben la formación adecuada y son objeto de una investigación exhaustiva, especialmente en zonas en donde la población civil corre mayor peligro de sufrir ataques de grupos armados. El Consejo de Seguridad de la ONU ha reconocido la existencia de “casos generalizados de violencia sexual y de género” en el este de RDC. Pero ahora se le exhorta a que tome más medidas para poner fin a esta violencia contra las mujeres y las niñas en el conflicto del país, y en todos los conflictos.Como parte de la campaña global 16 Días de Activismo contra la Violencia de Género para poner fin a la violencia sexual relacionada con los conflictos –como la que se registra en RDC– miles de simpatizantes de Amnistía Internacional en todo el mundo están enviando cartas a los miembros del Consejo de Seguridad. Entre las principales demandas está un llamamiento para reforzar la presencia de fuerzas de la ONU para el mantenimiento de la paz en torno a los campos para personas desplazadas internamente y otras zonas de RDC que no cuentan con la presencia de seguridad necesaria para garantizar la protección efectiva de la población civil.Militarismo y violencia de géneroLa violencia sexual y de género, como la que se manifiesta en RDC, está generalizada en todo el mundo y se registra en situaciones de conflicto y de paz. El militarismo da alas a la comisión de estas violaciones de derechos humanos, que afectan a las mujeres y las niñas de modo desproporcionado y duradero. A partir del 25 de noviembre, simpatizantes de Amnistía Internacional de todo el mundo participarán en la Campaña 16 Días de Activismo contra la Violencia de Género, una campaña internacional para desafiar al militarismo que aumenta el riesgo de sufrir violencia de género. “El militarismo favorece ciertas formas de masculinidad, con graves consecuencias para la igualdad, seguridad e integridad de las mujeres y de los hombres que no se ajustan a los roles de género convencionales”, ha afirmado Madhu Malhotra, directora del Programa de Amnistía Internacional sobre Género, Sexualidad e Identidad. “En el contexto de los combates en el este de RDC, y de innumerables conflictos y situaciones de crisis en todo el mundo, hay que desafiar al militarismo –como importante causa de fondo de la violencia sexual y de género– y establecer salvaguardas adecuadas para proteger a las mujeres y a las niñas afectadas durante y después de la guerra.”Además de su carácter generalizado durante un conflicto armado activo, como el del este de RDC, el militarismo y sus consecuencias negativas a menudo preceden al conflicto y se siguen considerando un legado de la guerra. La campaña de Amnistía Internacional 16 Días de Activismo contra la Violencia de Género incluye acciones sobre cinco países de cinco regiones distintas, a fin de transmitir la dimensión global de la violencia de género y el militarismo. Además de RDC, los activistas pondrán de relieve las siguientes situaciones:Colombia: Se está presionando al gobierno para que apoye una iniciativa presentada al Congreso con la que se pretende garantizar el acceso a la justicia para las víctimas de violencia sexual, especialmente los miles de víctimas que la sufrieron durante el prolongado conflicto armado en el país.Egipto: Una carta al ministro del Interior pide que las fuerzas de seguridad prohíban totalmente el uso de toda forma de violencia sexual y de género, tras los sucesos del año pasado, en que se obligó a manifestantes detenidas a someterse a “pruebas de virginidad”. Indonesia: Una acción web insta al gobierno a crear una comisión nacional de la verdad que aborde del modo adecuado los delitos de índole sexual y de género cometidos contra mujeres y niñas a lo largo de decenas de años durante el gobierno de Suharto y el periodo reformasi posterior a 1998.Japón: Una carta al ministro de Asuntos Exteriores insta al gobierno a disculparse y aceptar la plena responsabilidad –incluida la jurídica– por la práctica sistemática de esclavizar a mujeres sexualmente utilizada por las fuerzas armadas japonesas en toda la región de Asia y Oceanía desde 1932 hasta finales de la Segunda Guerra Mundial. Además, los activistas se están dirigiendo a sus ministerios nacionales de Asuntos Exteriores para pedir que se mantenga la referencia a la violencia de género en el texto del Tratado sobre el Comercio de Armas de ámbito mundial; la ronda final de negociaciones sobre el tratado comienza en la ONU, en Nueva York, en marzo de 2013. “Lamentablemente, ninguna región del mundo se libra de sufrir violencia sexual y de género en el contexto del militarismo”, ha manifestado Malhotra. “Queremos asegurarnos de que las supervivientes de violencia sexual y de violación en tiempo de guerra tienen pleno acceso a justicia, verdad y reparación efectiva. Nuestra campaña 16 Días de Activismo también transmitirá un claro mensaje de que las mujeres y las niñas nunca deben ser sometidas a ese tipo de violencia, en ninguna época ni lugar, incluidas las manifestaciones y bajo custodia.”

Tu navegador no tiene el plugin necesario para mostrar este contenido.