Alzando la voz desde los asentamientos precarios

Un proyecto de radio promovido por Amnistía Internacional en Ghana y Kenia pretende cuestionar la percepción pública de las personas que viven en asentamientos precarios y proporcionar a sus habitantes una plataforma desde la que contar sus historias.Cuando el licenciado en empresariales Al Hassan Abdallah llegó a Accra en 2005, tuvo problemas para encontrar una habitación en la que vivir que pudiese pagar. Como miles de ghaneses acabó en Old Fadama, uno de los asentamientos precarios más grandes de la capital, al que se refieren popularmente como “Sodoma y Gomorra”.    Siete años después, ocupa un puesto de profesor, pero aún vive en el asentamiento informal. No ha sido fácil: se declaran incendios con frecuencia, el agua no es potable y el cólera hace estragos. Las personas también temen a los desalojos forzosos. Al Hassan lleva consigo todo el tiempo todos sus objetos de valor, ya que no está seguro de que su vivienda siga en pie cuando regrese. Ha tenido problemas para abrir una cuenta bancaria debido a la percepción negativa sobre las personas que viven en asentamientos precarios que suelen tener las instituciones. “Las personas no te respetan si les cuentas que vives en Old Fadama. Dicen que somos delincuentes”, afirma.Pero gracias a Slum Radio, un proyecto puesto en marcha por Amnistía Internacional para ayudar a cambiar en Ghana y Kenia las actitudes públicas negativas hacia los habitantes de los asentamientos precarios, los oyentes de otros países han podido conocer los retos a los que se enfrentan cada día Al Hassan y otros habitantes de asentamientos precarios.El mes pasado, Al Hassan y Mustafa Mahmoud, dirigente comunitario de Kibera, el asentamiento precario más grande de Kenia, presentaron un programa junto con periodistas de la emisora keniana Radio Jambo, que forma parte de Radio África.Aunque el proyecto finalizó a mediados de abril, Al Hassan espera seguir haciendo más radio desde los asentamientos precarios. “La autoridad municipal de Accra quiere desalojarnos, pero nunca hablan directamente con nosotros. Ahora contamos con una plataforma desde la que compartir nuestras historias, y muchas personas que he conocido que escuchaban los programas dicen que quieren saber más”, asegura.Muchas de las historias emitidas a través de emisoras locales cuestionan el prejuicio de que los habitantes de asentamientos precarios son incultos y están desempleados:Los oyentes de Radio África en Kenia han escuchado a Mary Obonyo, de Mathare, hablar de su café, los platos que prepara y cómo el negocio la ha ayudado.  Han escuchado a Samson Aluda, que con 26 años es director de un instituto de educación secundaria en Kibera, y estudia además para obtener una licenciatura en ingeniería. “Llevamos a los asentamientos precarios a emisoras de radio cuyos oyentes son de clase media a fin de centrar la atención sobre las personas que viven allí”, ha declarado Martin Davies, director ejecutivo de Between the Posts Productions, la empresa que trabaja en el proyecto con residentes, periodistas y Amnistía Internacional.En Accra, una tercera parte de la población vive en asentamientos informales, mientras que en Nairobi la cifra es de más del 50 por ciento. Fue fácil convencer a emisoras de radio locales —Radio África en Kenia, Joy FM y GBC en Ghana— para que cediesen al proyecto tiempo en antena, emitiendo historias desde los asentamientos informales durante seis semanas. A cambio, Between the Posts Productions y Amnistía Internacional ofrecieron a las emisoras formación, acceso a contactos en los asentamientos precarios y emisiones en directo desde emisoras de radio establecidas temporalmente en los asentamientos. No han faltado historias que contar —una importante salió a la luz el día que Slum Radio lanzaba el último mes con la emisora keniana Radio Jambo, emitiendo desde el asentamiento precario de Mathare—, como recuerda Martin Davies. “La mañana en que se emitía el programa se produjo un incendio en Mathare: era la historia de siempre, quién era responsable de qué. Se había puesto en marcha un proyecto para ensanchar la carretera a fin de facilitar el paso de cosas como los camiones de bomberos.” “Sin embargo, las piedras que se habían entregado para la carretera se habían dejado apiladas en grandes montones que impedían el paso de vehículos. Nadie tenía claro quién debía haberse encargado de extender las piedras para preparar la carretera, con lo que el camión de bomberos tardó cuatro horas en abrirse paso y tres personas perdieron la vida.”

“Salían personas del asentamiento precario con fotografías de los cadáveres, informes de testigos presenciales, todo quedó al descubierto. El programa de la mañana realmente captó una muestra representativa de la realidad.”“Parte del éxito del proyecto reside en conectar a los periodistas con los recursos enormemente expresivos pero en cierta medida ocultos de los asentamientos precarios, los dirigentes comunitarios. En el futuro esto puede dar lugar a una publicidad mucho mayor, lo que a su vez puede dar lugar a un cambio de actitud”, ha señalado Davies. De vuelta en Kibera, Mustafa Mahmoud, que también presenta un programa de radio comunitario en esta zona, ya se ha puesto en contacto con la emisora local Radio Maisha para elaborar más material desde los asentamientos precarios. “Las personas de Nairobi suelen pensar de nosotros que somos mendigos analfabetos, vagos y ladrones. Es verdad que no tenemos carreteras, el saneamiento es precario y a veces parece como si viviésemos en una tierra olvidada”, ha dicho.“Pero escuchando nuestras historias en la radio, el público ha podido saber que sólo somos personas corrientes con trabajos normales —vigilantes, conductores y cocineros—, personas con las que el resto de Nairobi interactúa a diario. Vivimos aquí por falta de alternativas, y ahora el reto es hacer que los gobiernos rindan cuentas por las violaciones de derechos humanos que tienen lugar en los asentamientos precarios.”