ONU: Inicio de conversaciones clave sobre el tratado de flujo de armas

Las atrocidades que se están cometiendo en Siria vuelven, una vez más, a centrar la atención de la ONU, ya que hoy la alta comisionada para los derechos humanos, Navi Pillay, informa a la Asamblea General sobre el empeoramiento de la situación actual en el país.

Sin embargo, en otro rincón del ingente complejo de la ONU en Nueva York el asunto que centra todas las miradas va más allá de la tragedia en Siria, pues forma parte de algo mucho más grande. El comercio global de armas, municiones y equipamiento relacionado avanza hacia una regulación apropiada: un Tratado sobre el Comercio de Armas.

En todo el mundo se han cometido graves abusos de derechos humanos mediante el uso de una gran variedad de armas. El saldo son cientos de miles de personas asesinadas, heridas, violadas y obligadas a abandonar sus hogares.

Amnistía Internacional quiere que las conversaciones de la ONU sirvan para acordar un Tratado Internacional sobre el Comercio de Armas que incluya medidas para evitar que se transfieran armas donde existe un riesgo considerable de que estas puedan emplearse para cometer graves violaciones de derechos humanos. No obstante, este propósito se ve amenazado como consecuencia de que varios gobiernos desean limitar el alcance del tratado.

“Las atrocidades que se están cometiendo en Siria reafirman la necesidad de un Tratado sólido sobre el Comercio de Armas que proteja los derechos humanos”, ha manifestado Salil Shetty, secretario general de Amnistía Internacional.

“¿Cuántas personas más tienen que morir, resultar heridas o verse obligadas a abandonar sus hogares para que los gobiernos se decidan a actuar para regular de forma efectiva el comercio global irresponsable de armas? Estas conversaciones son una oportunidad histórica, una oportunidad demasiado importante como para que los gobiernos intenten politizarla.”

Tras una semana de reuniones en la ONU, las negociaciones finales acerca del Tratado sobre el Comercio de Armas tendrán lugar en julio. Algunos gobiernos como los de China, Egipto, Rusia y Estados Unidos se oponen a los intentos por incluir sólidas salvaguardias de los derechos humanos.

Amnistía Internacional lleva más de una década al frente de la campaña por un Tratado efectivo sobre el Comercio de Armas. En estos momentos una delegación se encuentra en Nueva York para ejercer presión sobre los funcionarios de gobierno acerca de la necesidad de llegar a un acuerdo que proteja los derechos humanos.

Para Amnistía Internacional existe una “regla de oro” fundamental en cualquier acuerdo posible. Esta regla exige que todos los Estados lleven a cabo evaluaciones de riesgo rigurosas e individuales de cada una de las propuestas de transferencias internacionales de armas, con el fin de evitar que se produzcan dichas transferencias si existe un riesgo considerable de que las armas exportadas puedan emplearse para cometer graves violaciones de derechos humanos.

Recientemente, Amnistía Internacional ha destacado cómo EE. UU., Rusia y varios países de la Unión Europea suministraron ingentes cantidades de armas a gobiernos represivos de Oriente Medio y Norte de África antes de los levantamientos de este año, pese a tener pruebas de que pudieran ser utilizadas para cometer graves violaciones de derechos humanos.

La semana pasada, Amnistía Internacional subrayó cómo las ventas de armas de China y Rusia a Sudán estaban avivando la continua situación de violencia en Darfur.

Amnistía Internacional se encuentra entre las organizaciones de la sociedad civil que lanzaron en 2003 la campaña “Armas bajo Control”. Tres años después, 153 gobiernos han votado finalmente en la ONU a favor de aprobar un Tratado Internacional sobre el Comercio de Armas. Las negociaciones se encuentran ahora en la última fase.

“Cuando lanzamos la campaña ‘Armas bajo Control’ nos dijeron que las posibilidades de alcanzar un acuerdo eran muy remotas, pero ha sido imposible desoír las voces de millones de personas de todo el mundo”, ha afirmado Salil Shetty.

“Esta voz conjunta es aún más fuerte en la actualidad. Los gobiernos tienen que escuchar a la gente y actuar ante esta oportunidad de aprobar un tratado que respete el Estado de derecho y esté basado en los derechos humanos.”

“Si no lo consiguen, ¿durante cuánto más tiempo tendremos que soportar dar fe de atrocidades como las de Siria y Darfur, en las que miles de personas son asesinadas y heridas por armas procedentes de un comercio irresponsable?”