Irak debe revelar el paradero de dos ayudantes del vicepresidente detenidas

Amnistía Internacional ha pedido a las autoridades iraquíes que revelen el paradero de dos mujeres que fueron detenidas a primeros de mes, al parecer, por sus vínculos con el vicepresidente del país.

Rasha Nameer Jaafer al Hussain y Bassima Saleem Kiryakos fueron detenidas por las fuerzas de seguridad en sus respectivos domicilios el pasado 1 de enero. Las dos trabajaban en el equipo de prensa del vicepresidente iraquí, Tareq al Hashemi, a quien las autoridades iraquíes buscan por cargos relacionados con el terrorismo.

Al Hashemi ha negado los cargos, afirmando que son acusaciones de motivación política.

“La detención de las dos mujeres parece ser parte de una estrategia más amplia que tiene por objetivo a personas vinculadas a Tareq al Hashemi”, ha afirmado Hadj Saharoui, directora adjunta del Programa para Oriente Próximo y el Norte de África de Amnistía Internacional.

“Las autoridades iraquíes deben revelar inmediatamente el paradero de Rasha al Hussain y Bassima Kiryakos. Como mínimo deberían tener inmediatamente acceso a sus familias y a un abogado.”

“Las circunstancias en las que fueron detenidas y su posterior reclusión en régimen de incomunicación, sabiendo que la tortura es común en Irak, solo pueden aumentar nuestros temores acerca de su seguridad”, ha reconocido. 

Las fuerzas de seguridad aprehendieron a las dos mujeres sin orden de detención e informaron a sus familias de que se las llevaban para ser interrogadas, sin ofrecer mayores explicaciones.

Bassima Kiryakos telefoneó a su marido el 20 de enero y le comunicó que iba a ser liberada al día siguiente, pero no se ha vuelto a saber nada más de ninguna de ellas desde entonces. 

Bassima Kiryakos ya había sido detenida en el mes de diciembre. En aquella ocasión fue golpeada y puesta en libertad sin cargos tras pasar tres días detenida.

Las dos mujeres trabajaban para el vicepresidente iraquí, Tareq al Hashemi, quien ha sido acusado de ordenar a sus guardaespaldas que cometieran actos terroristas.

“Corresponde a las autoridades presentar pruebas convincentes de que las dos mujeres han cometido un delito. De lo contrario, deben ser liberadas inmediatamente”, ha afirmado Hassiba Hadj Sahraoui.

El 19 de diciembre se dictó una orden de detención contra Tareq al Hashemi, poco después de que su partido, Al Iraqiya, que cuenta con el apoyo de la comunidad suní, anunciara que iba a boicotear el Parlamento, acusando de sectarismo al gobierno del primer ministro Nuri al Maliki.

Al Hashemi se encuentra en la actualidad en el Kurdistán iraquí, una región semiautónoma controlada por el Gobierno Regional del Kurdistán.

En diciembre el canal de televisión del Estado, Al Iraqiya, emitió las “confesiones” de los supuestos guardaespaldas de Al Hashemi, quienes afirmaron que habían asesinado a agentes de policía y a funcionarios ministeriales a cambio de dinero que recibían de Al Hashemi.

Estos hechos fueron seguidos de una ola de detenciones de políticos suníes.

El 19 de enero las autoridades iraquíes informaron de que habían detenido a Ghadban al Khazraji, vicegobernador a cargo de las inversiones en la provincia de Diyala y miembro del Partido Islámico Iraquí. Varios guardaespaldas de Ghadban al Khazraji fueron también detenidos.

En los últimos años cientos de detenidos han aparecido en el canal de televisión Al Iraqiya realizando “confesiones” en las que admitían su responsabilidad por distintos delitos relacionados con el terrorismo.

Estas confesiones se han obtenido invariablemente bajo tortura y otras formas de maltrato. Muchas personas han sido condenadas por el Tribunal Penal Central de Irak en base a estas confesiones.