Artículo: Activistas de África hablan de su lucha por mejorar la salud materna

Las nuevas estadísticas de la ONU publicadas la semana pasada demuestran que los dirigentes mundiales están teniendo dificultades para mantener su promesa de reducir la tasa de mortalidad materna en un 75 por ciento antes del año 2015. A los activistas de Sierra Leona no les sorprende este lento progreso.”Muchas personas no comprenden que la salud materna es una cuestión de derechos humanos y que muchos otros factores contribuyen a que se produzcan estas muertes. La discriminación, la falta de instalaciones, la violencia en el ámbito familiar, la pobreza… si no se abordan estas cuestiones subyacentes, se perjudicará la buena labor que se está realizando”, afirma Victor L Koroma, activista que reside en Freetown, capital de Sierra Leona.La Campaña por la Promoción la Salud y Actividades en favor de los Derechos Humanos, la pequeña organización de Koroma, ha luchado para suprimir los honorarios médicos en Sierra Leona. En abril, el gobierno adoptó la histórica medida de introducir la asistencia médica gratuita para mujeres embarazadas y lactantes. Sin embargo, Koroma advirtió a los dirigentes mundiales que se reúnen esta semana en Nueva York para debatir sobre los progresos realizados por lo que respecta a los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) que aún queda mucho por hacer. “Necesitamos ir más allá de la asistencia médica gratuita, ya que los problemas son muchos. Muchas matronas no tienen una formación adecuada, y no se pueden conseguir medicamentos ni sangre. No se presta ninguna atención a la nutrición. Los medicamentos no se distribuyen equitativamente y existe discriminación, ya sea por razón de la tribu a la que se pertenece, género, estatus social o afiliación política.” “Es necesario que los dirigentes mundiales, los donantes, la ONU y el Banco Mundial cumplan con la parte que les toca si queremos salvar a un país como Sierra Leona del estrago que causan las muertes diarias de mujeres embarazadas.”Las estadísticas de la ONU demuestran que desde 1990 se ha producido un descenso anual medio de un 2,3 por ciento, que es muy inferior al 5,5 por ciento necesario para alcanzar el objetivo establecido para el año 2015. Aunque ya no muere una mujer cada minuto, las nuevas estadísticas demuestran que todavía muere una mujer cada minuto y medio. La grave discriminación y el bajo estatus social de las mujeres también contribuyen a aumentar el índice de mortalidad materna en Sierra Leona, donde las propias familias y los dirigentes comunitarios conceden escasa prioridad a las necesidades de la mujeres en materia de salud. Koroma describe en términos espantosos la magnitud de la crisis de salud materna a la que se enfrentan las personas encargadas de la toma de decisiones vinculadas a los ODM.”La violencia sexual y de género es endémica. Mujeres y niñas de tan sólo cinco años de edad son violadas, muchas de las cuales se contagian del VIH. Y el gobierno no hace nada. En el último año sólo dos personas de entre, probablemente, miles de casos han sido condenadas por cometer actos violentos contra las mujeres”, asegura. La mayoría de las muertes maternas en Sierra Leona se producen en zonas rurales desde donde resulta difícil acceder al hospital. La mayoría de la mujeres mueren en casa; otras, de camino al hospital en taxis, motocicletas o mientras se desplazan a pie. “Las mujeres recorren muchos kilómetros para acceder a estos programas médicos gratuitos, y en ocasiones no llegan a tiempo. Necesitamos un programa más amplio que ofrezca una mayor accesibilidad”, comenta Edward Badasenjoh, que trabaja en el hospital universitario de la localidad de Njala.”En mi comunidad las personas sufren de verdad. Contamos con asistencia médica gratuita, pero debería llegar realmente a toda la población. Muchas mujeres que viven en las zonas rurales también son víctimas de la violencia en el ámbito familiar…”.Los activistas de la vecina Burkina Faso se enfrentan a retos parecidos. En un país en el que sólo el 10 por ciento de la población utiliza métodos anticonceptivos modernos, incluso el gobierno admite que es “poco probable” que se alcance la meta de los ODM. Juliette Compaoré, fundadora de ASMADE, que trabaja para sensibilizar a la juventud sobre cuestiones sexuales, afirma: “Al ritmo actual, la meta de los ODM de que personal médico cualificado asista el 100 por cien de los partos no se alcanzaría antes del año 2045″.”Lograr los objetivos para reducir la mortalidad materna depende de las decisiones que tomen en esta cumbre los dirigentes mundiales. Sus decisiones afectan a nuestras estrategias nacionales para la aplicación de políticas de salud materna, y los dirigentes mundiales que se reunirán en Nueva York deben impulsar políticas nacionales ambiciosas.”Más de 2.000 mujeres mueren cada año en Burkina Faso por complicaciones durante el embarazo y el parto, según las cifras que maneja el gobierno.El gobierno, con la ayuda de la comunidad de donantes, ha elaborado ambiciosas estrategias que han logrado reducir los índices de mortalidad materna en algunas zonas del país. Sin embargo, estas estrategias se han visto perjudicadas por la falta de rendición de cuentas que permite que el personal médico que comete abusos, como el cobro ilegal por los servicios, salga impune.”Parir es algo natural, lógico y justificado, por lo que permitir que las mujeres den a luz sin peligro es un deber moral y político de los líderes mundiales. Ya es hora de actuar con más determinación”, dice Compaoré.La labor sobre los ODM se engloba en la campaña Exige Dignidad de Amnistía Internacional, que tiene como objetivo poner fin a las violaciones de derechos humanos que provocan y agudizan la pobreza. La campaña movilizará a personas de todo el mundo para exigir a gobiernos, empresas y otras entidades que tienen poder que escuchen las voces de quienes viven en la pobreza y reconozcan y protejan sus derechos. Más información en las páginas de Exige Dignidad.