El rey saudí anula la flagelación de una periodista por un programa “sexual” de televisión

Amnistía Internacional ha recibido con satisfacción la intervención del rey Abdullah bin Abdul Aziz, jefe de Estado saudí, que ha anulado la pena de flagelación impuesta a una periodista.

Rosanna al Yami fue condenada el sábado a 60 azotes, en relación con su trabajo en un programa de televisión durante el cual un hombre habló de su vida sexual.   El tribunal de Yidda le impuso asimismo una prohibición de viajar durante dos años, y le ordenó que firmara un compromiso de no trabajar para agencias de noticias no autorizadas.

Rosanna Al Yami fue acusada de participar en julio en la producción del programa “La osada línea roja, de Lebanese Broadcasting Corporation, así como de no cooperar con las investigaciones y de trabajar para una empresa de medios de comunicación no autorizada en Arabia Saudí. Según la prensa, la periodista fue declarada culpable únicamente del último cargo. Al parecer, Rosanna al Yami, de 22 años, ha aceptado la condena y no va a apelar contra ella.

“Nos satisface la rápida intervención del rey para evitar la flagelación a Rosanna Al Yami”, ha manifestado Malcolm Smart, de Amnistía Internacional. “Esta mujer ha sido juzgada y condenada por llevar a cabo su trabajo de periodista. Lamentamos enormemente la decisión del tribunal de condenarla a ser flagelada y aplaudimos la veloz intervención del rey para anular la condena.”

Se esperaba que hoy se dictara sentencia contra otra periodista en relación con la producción de ese mismo programa, pero el rey ha remitido su caso, junto con el de Rosanna al Yami, al Ministerio de Información. Un hombre que participó en la producción del programa fue condenado a dos meses de prisión, pero quedó en libertad tras cumplir su condena.

Al parecer, el programa de televisión en cuestión ha presentado a cuatro hombres que afirmaron haber mantenido relaciones sexuales fuera del matrimonio. Mazen Abdel Jawad, y otros tres cuyos nombres desconoce Amnistía Internacional, fueron detenidos, según los informes, entre el 31 de julio y el 5 de agosto.

Mazen Abdel Jawad fue condenado a principios de este mes de octubre a recibir 1.000 azotes, a cinco años de prisión y a no viajar durante cinco años después de cumplir su condena. Los otros tres hombres fueron condenados a 300 latigazos y dos años de prisión. Al parecer, todos han apelado contra su sentencia.

Malcolm Smart ha manifestado: “Instamos a que se anulen todas las sentencias relacionadas con el programa, y a que todas las personas condenadas en relación con este caso sean puestas en libertad inmediata e incondicional a menos que se las acuse de un delito común reconocible”.