El gobierno de Pakistán debe prepararse urgentemente para una crisis de desplazamiento ante la huida de civiles de Waziristán Meridional frente a la prevista ofensiva del ejército, ha dicho Amnistía Internacional.
Los equipos de investigación de la organización en la zona informan de que entre 90.000 y 150.000 residentes de Waziristán Meridional han huido del área desde julio, cuando el ejército paquistaní inició un bombardeo aéreo y artillero de largo alcance en la región.
“El gobierno de Pakistán debe garantizar el bienestar de sus ciudadanos, incluso cuando lucha contra un grupo con el historial de violaciones de los talibanes paquistaníes. No hay excusa para vulnerar los principios humanos básicos ni las leyes de la guerra”, ha dicho Sam Zarifi, director del Programa Regional para Asia y Oceanía de Amnistía Internacional.
La mayoría de las personas desplazadas llevan viviendo en comunidades que las han acogido, a menudo familiares o amigos de las zonas vecinas de Dera Ismail Khan y Tank. Las autoridades locales impusieron el toque de queda en Tank el 14 de octubre entre las 6 de la tarde y las 6 de la mañana, y han restringido el acceso a la carretera a Dera Ismail Khan, lo cual impide en gran medida que los habitantes de Waziristán Meridional puedan buscar refugio en zonas más seguras del país.
Los equipos de investigación de Amnistía Internacional sobre el terreno informan de que los preparativos en cuanto a centros de salud, suministros de alimentos y agua potable y refugio para la población desplazada son insuficientes.
“Las autoridades deben asegurarse de que toda la población civil, independientemente de su grupo étnico o procedencia, tiene acceso a alimentos, agua, atención de la salud y refugio adecuados, especialmente ahora que se aproxima el invierno”, ha dicho Sam Zarifi.
El gobierno no ha preparado campamentos adecuados para que los civiles que huyen se refugien en caso de emergencia. Su respuesta se ha limitado a la puesta en marcha de seis centros de registro de los desplazados internos (cuatro en Dera Ismail Khan, uno en Tank y otro en Pathankot).
El gobierno ha proporcionado a las familias registradas tarjetas bancarias automáticas con las que pueden conseguir 5.000 rupias (60 dólares estadounidenses).
Varios residentes de Waziristán Meridional desplazados informaron a Amnistía Internacional de que los funcionarios del gobierno local se habían negado a registrarlos, lo cual indica que tal vez se produzca una grave subestimación del número total de desplazados.
Debido a la inseguridad en la zona, sólo una organización no gubernamental local, FIDA, se encarga de ayudar a los desplazados.
“Las condiciones en torno a Waziristán Meridional son aún peores que en Swat, ya que pocos grupos de ayuda internacional, sean paquistaníes o internacionales, pueden operar en esta zona tan insegura. Si a esto le añadimos la proximidad del invierno, las posibilidades de que se produzca un verdadero desastre son elevadas”, ha dicho Sam Zarifi.
Residentes de Waziristán Meridional dijeron recientemente a Amnistía Internacional que habían huido de las operaciones del ejército en las zonas montañosas de Ladah, Makin y Zahwarr.
Según contaron, habían tenido que viajar por carreteras de montaña, a menudo muy peligrosas, ya que el ejército había bloqueado las principales carreteras de la zona.
Los bloqueos de carreteras han agravado la escasez de alimentos en la zona y espoleado a sus habitantes a abandonar sus hogares.
“Todas las partes del conflicto, incluidos los grupos armados de oposición, tienen la obligación legal de permitir y facilitar el paso seguro de la ayuda humanitaria imparcial a la población civil que carece de suministros y servicios esenciales para su supervivencia”, ha dicho Sam Zarifi.
“Es fundamental que se dé carácter prioritario a que las fuerzas de seguridad paquistaníes, así como las fuerzas antigubernamentales, garanticen que la ayuda humanitaria pueda acceder sin trabas y con seguridad a esta población desplazada vulnerable”.
En el caso de que se produzca una gran operación militar en Waziristán Meridional, Amnistía Internacional pide al ejército de Pakistán, así como a los grupos talibanes paquistaníes, que se aseguren de tomar las precauciones necesarias que disponen las leyes de la guerra para evitar daños a la población civil y no efectuar nunca ataques intencionados contra ella ni contra bienes de carácter civil.
Información complementaria
En las últimas dos semanas, una serie de ataques aparentemente coordinados de los talibanes paquistaníes y de organizaciones extremistas afines han acabado con la vida de más de 170 personas, al menos 80 de ellas civiles.
El 5 de octubre, los talibanes atacaron las oficinas del Programa Mundial de Alimentos en Islamabad, matando a 5 personas. Como consecuencia, las agencias de ayuda internacional han restringido aún más sus operaciones en el noroeste de Pakistán y zonas cercanas.
Waziristán Meridional tiene una población aproximada de 450.000 personas, según el censo de 1998.
En abril, el ejército paquistaní lanzó una gran ofensiva en el noroeste de Pakistán contra los talibanes paquistaníes, que provocó el desplazamiento de más de dos millones de personas, la mayor crisis de desplazamiento de la historia de Pakistán. Si bien muchos han regresado a sus hogares al menos temporalmente, a pesar de que continúa la inseguridad, aún hay más de medio millón de personas desplazadas en la región.