Oxfam Internacional y Amnistía Internacional han acogido con satisfacción el anuncio realizado el jueves 15 de octubre ante Naciones Unidas por el gobierno estadounidense, de que apoya el inicio de las negociaciones en torno al Tratado sobre el Comercio de Armas. Sin embargo, las dos organizaciones también han advertido de que el apoyo de Washington tiene un alto precio.
El cambio de postura del mayor exportador de armas del mundo supone un avance sustancial hacia el inicio de negociaciones formales en Naciones Unidas con el fin de impedir las transferencias irresponsables de armas. Demuestra que la administración de Obama está decidida a reducir los efectos negativos causados por el comercio incontrolado de armas convencionales.
Durante la administración del ex presidente Bush, el gobierno estadounidense fue el único que votó en contra del proceso de elaboración de un Tratado Internacional sobre el Comercio de Armas en la Asamblea General de Naciones Unidas.
El jueves 15 de octubre, como parte de su apoyo, el gobierno estadounidense planteó la condición de que las futuras negociaciones deben incluir una cláusula de veto, estipulando que las decisiones de la conferencia final deben adoptarse por consenso.
Oxfam y Amnistía Internacional creen que ello podría debilitar irremediablemente un acuerdo final.
“El mundo ha esperado largo tiempo a que Estados Unidos se decida a apoyar las negociaciones sobre el comercio de armas global. Sin embargo, los gobiernos deben resistirse a las demandas de Estados Unidos de otorgar a cada uno de los países el poder de vetar el Tratado, ya que ello podría secuestrar el proceso durante las negociaciones. Instamos a todos los gobiernos a rechazar esa cláusula de veto”, ha declarado la asesora política de Oxfam Internacional, Debbie Hillier.
Los gobiernos celebran este mes en Nueva York una reunión crucial para el inicio de las negociaciones formales para la elaboración de un Tratado sobre el Comercio de Armas global.
Las dos organizaciones internacionales afirman que deben acordarse nuevas normas globales en materia de transferencias de armas para prohibir las transferencias internacionales de armas que puedan utilizarse para cometer violaciones graves del derecho internacional humanitario o de las normas internacionales de derechos humanos, o para socavar el desarrollo sostenible.
“Por fin el gobierno de Estados Unidos se muestra partidario de un Tratado sobre el Comercio de Armas fuerte y robusto, que incorpore los más elevados estándares”, ha afirmado Brian Wood, de Amnistía Internacional. “Pero al otorgar a cada uno de los gobiernos el derecho de poner en peligro la Conferencia de la ONU en 2012, la posición de Estados Unidos podría debilitar o retrasar enormemente el acuerdo para poner fin a las transferencias irresponsables de armas que destruyen un sinnúmero de vidas en todo el mundo”.