Cuando la comunidad internacional se prepara para conmemorar el Día Mundial contra la Pena de Muerte el 10 de octubre, Amnistía Internacional ha destacado los casos de dos personas que se enfrentan a su ejecución: una en Estados Unidos y otra en Irán.
Amnistía Internacional ha pedido a las autoridades iraníes que revoquen la condena de muerte impuesta a Mohammad-Reza Ali-Zamani, primera persona condenada a muerte en relación con las protestas a raíz de las controvertidas elecciones presidenciales.
Zamani, de 37 años, fue condenado a muerte el 6 de octubre por un tribunal revolucionario de Teherán tras ser declarado culpable de “enemistad con Dios y de pertenencia y actividades encaminadas a promover los fines del grupo terrorista Anjoman-e Padeshahi-e Iran (API)”.
El API es un grupo de oposición en el exilio que aboga por el fin de la república islámica y el establecimiento de la monarquía en Irán.
También fue declarado culpable de “propaganda contra el sistema”, “injurias a la santidad”, “agruparse y conspirar para lesionar la seguridad interna del Estado” y abandonar el país ilegalmente para visitar Irak, donde presuntamente se había reunido con representantes del ejército de Estados Unidos.
Zamani se encuentra entre las más de 100 personas que están siendo juzgadas actualmente por un tribunal revolucionario de Teherán por fomentar las protestas contra los controvertidos resultados oficiales de las elecciones presidenciales del 12 de junio en Irán. Amnistía Internacional ha condenado tales “juicios mediáticos” por tratarse de una “burla de la justicia”.
Amnistía Internacional teme que la condena a muerte impuesta a Zamani sirva para allanar el camino a otras sentencias de muerte contra personas juzgadas por delitos semejantes. Al menos hay otras 13 personas actualmente en peligro de ser ejecutadas en Irán.
Según informes, está previsto llevar a cabo en los próximos días la ejecución de Akram Mahdavi –35 años, condenada a muerte en 2003 por el asesinato de su esposo de 74 años– a pesar de que no se ha informado de ello a su abogado, como exige el derecho iraní. Un funcionario judicial de Teherán dijo a la familia que se presentara en la prisión de Evín, en la capital, a las tres de la madrugada del 11 de octubre de 2009 para presenciar su ejecución. La legislación dispone que su presencia es obligada.
Otras personas condenadas a muerte son siete miembros de la minoría árabe iraní ahwazi, que corren peligro de ejecución inminente en la prisión de Karoun, en la ciudad de Ahvaz, capital de la provincia de Juzestán.
Han sido declarados culpables de “actuar contra la seguridad nacional” y matar a un clérigo chií contrario a los sunníes en junio de 2007.
Fuentes iraníes temen que estas ejecuciones se lleven a cabo en breve, posiblemente el 14 de octubre, ya que los archivos demuestran que la mayoría de las ejecuciones de activistas políticos en Ahvaz se han realizado en miércoles.
Ali Saedi (25 años), Walid Naisi (23), Majid Fardipour (Mahawi) (26), Doayr Mahawi (50) y su hijo Maher Mahawi (21), Ahmad Saedi (28) y Yousuf Leftehpour (25) al parecer llevan entre ocho y quince meses recluidos en régimen de aislamiento en un centro de detención perteneciente a los servicios de información tras su detención en agosto de 2007. La tortura en tales centros es habitual.
Fueron condenados a muerte por una sala del Tribunal Revolucionario en Ahvaz el 30 de septiembre de 2009, en un juicio injusto en el que no tuvieron acceso a un abogado.
Otros dos hombres fueron condenados a prisión. Los hombres –algunos de los cuales eran conocidos activistas políticos de la comunidad árabe ahwazi– negaron los cargos. Existe asimismo el temor de que tres hombres de la minoría kurda iraní estén en peligro de ejecución inminente. Podría ser una medida de represalia por la oleada de asesinatos e intentos de asesinato de autoridades en la provincia noroccidental de Kurdistán en septiembre de 2009.
Habibollah Latifi, Ehsan (Esma’il) Fattahian y Sherko Moarefi han sido condenados a muerte por “enemistad con Dios” en casos no relacionados en los dos últimos años. Se cree que están en espera de ejecución en una cárcel de Sanandaj, capital de la provincia de Kurdistán.
Dos hombres iraníes corren también peligro de ejecución inminente en Teherán por asesinatos que cometieron cuando aún no tenían 18 años de edad. Según su abogado, la ejecución de Behnoud Shojaee, de 21 años, está prevista para el 11 de octubre de 2009 y la de Safar Angooti para el 21 de octubre, si bien la información publicada en un periódico parece indicar que podría ser ejecutado antes, el 19 de octubre.
El ciudadano afgano Abbas Hosseini iba a ser ejecutado el pasado lunes por un asesinato que presuntamente cometió cuando sólo tenía 17 años. Hosseini fue condenado a muerte en junio de 2004 por el asesinato de un hombre que había intentado violarlo en julio de 2003. Su ejecución fue aplazada a una fecha posterior en este mes para que las autoridades pudieran disponer de más tiempo para convencer a los familiares de la víctima de que lo indultaran a cambio de una indemnización (diyat).
Ejecutar a personas que en el momento de cometer el presunto delito tenían menos de 18 años está estrictamente prohibido por el derecho internacional.
Amnistía Internacional ha pedido a las autoridades iraníes que suspendan de inmediato todas las ejecuciones previstas y conmuten todas las condenas a muerte.
Amnistía Internacional sigue pidiendo a las autoridades iraníes que declaren la suspensión inmediata y global de las ejecuciones como primer paso para poner fin a la aplicación de este castigo.