Enfrentamientos entre el ejército srilankés y personas detenidas

Un detenido resultó gravemente herido el martes de 22 de septiembre y tuvo que ser hospitalizado tras un enfrentamiento entre miembros del ejército y los detenidos que permanecen recluidos en las instalaciones de un centro educativo de Vavuniya, en el noreste de Sri Lanka.

En un principio se informó de que el detenido, Sri Chandramorgan, originario de Kanahapuram, distrito de Kilinochchi, había muerto a manos del ejército cuando intentaba escapar de la Escuela de Magisterio de Poonthotham, donde se ha instalado un centro de detención no oficial. El rumor desencadenó disturbios en el campo y las autoridades cortaron la carretera que conduce al centro.

“El riesgo de que se cometan violaciones graves de derechos humanos, incluyendo tortura, desapariciones forzadas y homicidios extrajudiciales, se incrementa significativamente cuando se recluye a los detenidos en sitios no reconocidos oficialmente como lugares de detención y que carecen de los procedimientos y salvaguardias legales adecuados”, ha manifestado Sam Zarifi, director del Programa de Amnistía Internacional para Asia.

Los centros de detención como la Escuela de Magisterio de Poonthotham son lugares de detención irregulares. Desde mayo de 2009, se calcula que entre 10.000 y 12.000 personas sospechosas de tener relación con los Tigres de Liberación de Eelam Tamil han sido recluidas en centros de detención irregulares operados por las fuerzas de seguridad srilankesas y por grupos paramilitares aliados con ellas. 

Varios de estos grupos están activos en Vavuniya y han sido implicados en violaciones de derechos humanos, como la Organización Popular de Liberación de Eelam Tamil (PLOTE), la Organización de Liberación de Eelam Tamil (TELO), el Partido Democrático Popular de Eelam (EPDP) y las dos facciones del grupo Tamil Makkal Viduthalai Pulikal (TMVP).

El 25 de mayo, sólo una semana después de que el gobierno srilankés anunciase su victoria sobre los Tigres de Liberación de Eelam Tamil, el jefe de las fuerzas armadas, general Sarath Fonseka, anunció que 9.000 dirigentes de los Tigres de Liberación se habían entregado al ejército.

Desde entonces, se han recibido numerosos informes de detenciones. Algunas han sido reconocidas oficialmente y se han publicado en la prensa de Sri Lanka, mientras que otras han sido denunciadas por familiares de detenidos en campos de desplazados.

Muchas de estas personas detenidas permanecen recluidas en régimen de incomunicación, lo que significa que no han tenido acceso a sus familiares ni a asesoramiento legal y tampoco han comparecido ante un tribunal.

Amnistía Internacional ha confirmado el emplazamiento de al menos 10 de esos centros en escuelas y albergues originalmente designados como campos de desplazados en el norte del país. También se han recibido numerosos informes de otros centros de detención extraoficiales en distintos lugares del país.

El Comité Internacional de la Cruz Roja no tiene acceso a estos detenidos y no hay transparencia en relación con el censo de estas personas y el trato que reciben.

La detención de sospechosos en régimen de incomunicación en centros de detención irregulares (es decir, fuera de comisarías de policía, centros de detención designados oficialmente o prisiones) ha sido una práctica persistente en Sri Lanka, asociada a casos de tortura, homicidios y desapariciones forzadas. Amnistía internacional ha instado al gobierno srilankés a que garantice que el proceso de identificación de presuntos combatientes se lleva a cabo con pleno respeto a los derechos humanos y a la dignidad de todas las personas implicadas.

Deben adoptarse las medidas necesarias para que los procesos de selección sean objeto de supervisión independiente. Las personas sospechosas de pertenecer a los Tigres de Liberación de Eelam Tamil deben ser recluidas sólo en lugares de detención reconocidos y comparecer sin demora ante una autoridad judicial.