Aumenta la presión a medida que se agota el tiempo para hacer justicia a las “mujeres de solaz”

Cuando se cumple el 64º aniversario del final de la Segunda Guerra Mundial en Asia, las mujeres que sufrieron abusos y esclavitud sexual a manos del ejército imperial japonés siguen esperando a que las autoridades les pidan disculpas y les proporciones reparaciones adecuadas.

Se calcula que nada menos que 200.000 mujeres, tras ser sacadas de sus comunidades, fueron golpeadas, violadas y obligadas a prestar servicios sexuales a las fuerzas armadas japonesas en lo que después se conocería como sistema de “esclavitud sexual”. Tras el final de la guerra, estas mujeres permanecieron durante muchos años sin decir nada sobre los abusos que habían sufrido y a menudo con el temor a ser rechazadas por sus familiares y sus comunidades.

Menen Medina Castillo tiene ahora 80 años. Nació en Filipinas, pero a los 13 años unos soldados japoneses la separaron de su familia y la llevaron a un “centro de solaz”, donde fue víctima de violaciones sucesivas. La señora Medina no habló nunca de esta experiencia con su familia. “Jamás pensé en la posibilidad de exigir justicia por los agravios sufridos durante la guerra. Guardé silencio porque pensaba que no podía hacer nada”, ha señalado.

Sin embargo, cuando algunas mujeres empezaron a alzar su voz contra los abusos que habían sufrido, otras se les unieron y comenzaron a formar grupos para exigir justicia y llevar a cabo distintas actividades, como manifestaciones, giras de conferencias por todo el mundo y captación de apoyos entre parlamentarios. En la actualidad, la señora Medina es la representante de la campaña en Filipinas.

La presión sistemática ejercida por las antiguas “mujeres de solaz” y sus socios de campaña ha dado sus frutos. Durante los últimos tres años, Estados Unidos, Canadá, Corea del Sur, Taiwán y el Parlamento Europeo han mostrado su apoyo a las “mujeres de solaz”, aprobando resoluciones en las que se insta al gobierno japonés a hacerles justicia. Expertos del Comité de la ONU para la Eliminación de la Discriminación contra la Mujer se hicieron eco de estos llamamientos en la reunión celebrada por este organismo en julio de 2009.

Hasta hace poco, la campaña había tenido escaso apoyo en Japón, pero a partir de marzo de 2008 se produjo un cambio significativo y ya son ocho los ayuntamientos japoneses que han aprobado también resoluciones en las que se respalda la petición de justicia y reparaciones para las “mujeres de solaz”.

Cada vez es mayor la presión ejercida sobre el gobierno japonés para que pida disculpas por su participación en el sistema de “esclavitud sexual” y proporcione las reparaciones adecuadas, pero muchas de las “mujeres de solaz” tienen ya más de 80 años y temen que no se les haga justicia en vida.