Es hora de que se lleve a cabo una investigación independiente sobre la presunta participación de Reino Unido en la tortura

Amnistía Internacional ha reiterado su llamamiento para que se lleve a cabo una investigación pública e independiente sobre la presunta complicidad de Reino Unido en el uso de  la tortura. El llamamiento surge como respuesta a las recientes declaraciones del ministro de Asuntos Exteriores y del ministro de Interior británicos con respecto a información de los servicios de inteligencia obtenida mediante el uso de la tortura.

El director del MI6, el servicio de inteligencia de Reino Unido, ha rechazado de forma rotunda que sus agentes se hayan visto implicados en la tortura o en los malos tratos a sospechosos de terrorismo detenidos en el extranjero. Esta declaración se produce después de la decisión de altos funcionarios de hacer declaraciones públicas ante los crecientes indicios de que agentes británicos participaron en la interrogación de sospechosos de terrorismo en Pakistán y en otros países.
 
“Las acusaciones a Reino Unido de complicidad en la tortura son muy graves y no se pueden contestar con vagas declaraciones políticas” dijo Julia Hall, investigadora sobre la lucha contra el terrorismo del Programa para Europa y Asia Central de Amnistía Internacional. “Si el gobierno sostiene que sus agentes no están implicados en el uso de la tortura, no tendrá nada que temer de un proceso transparente que así lo demuestre”.

El ministro británico de Asuntos Exteriores, David Miliband, y el ministro de Interior, Alan Johnson, reiteraron el pasado domingo el rechazo del gobierno a la tortura. No obstante, indicaron que no se puede descartar la posibilidad de que se use información de los servicios de inteligencia obtenida mediante malos tratos.

En un artículo conjunto publicado en el Sunday Telegraph declararon: “Ya sea a la hora de pasar información que pueda llevar a la detención de sospechosos, de hacer llegar las preguntas que se les van a hacer a los detenidos, o de interrogarles directamente, se les exige a nuestros servicios de información que busquen la manera de minimizar, y en los casos en los que sea posible, de eliminar el riesgo de malos tratos”.

“Se hacen enormes esfuerzos a la hora de valorar los riesgos en cada una de las situaciones. Algunas operaciones se han suspendido porque el riesgo de malos tratos era muy alto, pero no es posible eliminar el riesgo por completo. Es preciso evaluar cada situación.”.

En una entrevista en un programa de radio de la BBC, Sir John Scarlett, director del MI6, negó la participación de agentes de inteligencia británicos en las torturas. Sin embargo, Sir John Scarlett sostuvo que las acusaciones de complicidad en la tortura a sospechosos en el extranjero deberían debatirse dentro del contexto de la lucha contra el terrorismo.

“Las declaraciones de Sir John sobre la política actual no ofrecen una respuesta clara a las graves acusaciones de participación en el pasado en la utilización de información de los servicios de inteligencia obtenida mediante tortura y otros malos tratos a sospechosos de terrorismo retenidos en el extranjero”, dijo Julia Hall.

“Todas estas declaraciones parecen condicionadas por la idea de que la tortura puede ser inevitable a la hora de proteger a la ciudadanía del terrorismo”, añadió Julia Hall. “Pero ya hemos visto cómo esta idea se ha vuelto contra nosotros una y otra vez durante los últimos ocho años. Respetar los derechos humanos nos dará la mejor protección. No debemos mostrarnos indulgentes con la tortura, dando un mal ejemplo y contribuyendo a que aumente la tensión.”

Las declaraciones públicas realizadas por altos funcionarios responden a dos informes diferentes de la semana pasada de comités parlamentarios británicos. Ambos manifestaban serias preocupaciones ante el hecho de que el gobierno británico no ha respondido a las acusaciones de que las autoridades británicas conocían y habían participado en los malos tratos a sospechosos de terrorismo en el extranjero.

El 4 de agosto, el Comité Conjunto sobre Derechos Humanos del Parlamento británico acusó al gobierno de estar “decidido a evitar el escrutinio parlamentario” sobre lo que sabe acerca de la tortura a sospechosos de terrorismo detenidos por los servicios de inteligencia en Pakistán y en otros países. El informe de este comité indicaba que una investigación independiente sería la  única forma de restaurar la confianza pública en los servicios de seguridad e inteligencia.

El 9 de agosto, el Comité de Relaciones Exteriores del Parlamento británico expresó su preocupación sobre la participación en la tortura y en otros malos tratos a sospechosos de terrorismo retenidos en el extranjero. Este comité indicó en su informe anual que “dado que no está claro que las protestas por los malos tratos hayan provocado un cambio en el comportamiento de los servicios de inteligencia de otros países, existe el riesgo de que la utilización habitual de información que pueda haberse obtenido bajo tortura pueda ser considerada como complicidad en dicho comportamiento”.

“Reino Unido no puede escoger y decidir cuando va a respetar las leyes; la tortura y la complicidad en la tortura están completamente prohibidas”, observó Julia Hall. “Ya es hora de que se juzgue el comportamiento del gobierno británico y de que se haga rendir cuentas a los responsables de estos graves abusos”.