La periodista iranoestadounidense Roxana Saberi, condenada este mes a ocho años de cárcel por espionaje, ha asegurado que continuará en huelga de hambre hasta que la excarcelen.
Entretanto, a una de sus abogadas, la premio Nobel de la Paz Shirin Ebadi, no se le ha permitido visitarla en la cárcel.
“Roxana Saberi ha iniciado una huelga de hambre para exigir su libertad. Se trata de un intento desesperado de protestar contra su encarcelamiento injusto y la arbitrariedad de su juicio y detención”, ha señalado Hassiba Hadj Sahraoui, subdirectora del Programa Regional para Oriente Medio y el Norte de África de Amnistía Internacional.
“Debe ser puesta en libertad de inmediato y sin condiciones, pues la consideramos una presa de conciencia a la que se tiene en la cárcel sólo por motivos políticos o por ejercer de manera pacífica su derecho a la libertad de expresión.”
El padre de Roxana, Reza Saberi, ha dicho a los medios de comunicación que su hija lleva casi una semana sin comer. Ha perdido casi cuatro kilos y medio y no toma más que agua, sola o con azúcar.
Según los informes, el domingo, día en que Roxana cumplió 32 años, su padre manifestó: “Hemos intentado convencerla de que abandone la huelga de hambre, pero se niega a hacerlo; nos ha dicho que, o queda en libertad, o morirá en prisión”.
La abogada de derechos humanos Shirin Ebadi ha aceptado defender a la periodista, pero funcionarios de la prisión de Evin, en Teherán, no la permitieron reunirse con ella. Según Narges Mohammadi, portavoz de Shirin Ebadi, los funcionarios se negaron a pesar de existir una orden judicial al respecto.
Roxana Saberi fue condenada a ocho años de cárcel por espionaje en un juicio celebrado a puerta cerrada. Tras ser detenida el 31 de enero de 2009, le dijeron en un principio que se la acusaba de un delito menos grave, el de adquirir alcohol, pero las autoridades indicaron luego que se la había detenido porque había seguido ejerciendo su actividad periodística después de que le retiraran sus credenciales de prensa en 2006.