Una marcha a través de una localidad checa siembra el temor en la comunidad romaní

Grupos de extrema derecha organizaron el sábado 4 de abril una marcha por el barrio romaní de Prerov, en la República Checa. Unos días antes, los organizadores habían pedido en sus sitios web a miembros y simpatizantes que se unieran a la marcha contra lo que calificaban de “terrorismo gitano”, refiriéndose a la “etnia gitana” como “parásito”.

La marcha comenzó con unos 500 manifestantes de extrema derecha procedentes de distintos puntos de la República Checa. Su recorrido atravesaba el barrio romaní, donde los manifestantes se detuvieron varias veces coreando: “Checos, venid con nosotros”, y lemas antirromaníes.

Algunos habitantes de Prerov, no pertenecientes a los grupos de extrema derecha, se unieron a la marcha en su recorrido por las calles de la localidad.

Una delegación de Amnistía Internacional, de visita de investigación en la República Checa, observó los sucesos. Amnistía Internacional lleva años trabajando para combatir la discriminación contra la población romaní, y ha documentado casos de ataques violentos contra romaníes individuales y contra comunidades enteras, dentro del contexto general de la discriminación que sufren los romaníes en el acceso a la salud, la educación y otros derechos.

“Unos días antes del Día Internacional del Pueblo Gitano, la comunidad romaní de Prerov, en lugar de preparar las celebraciones para ese festejo, tuvo que pasar el día encerrada en sus casas, temiendo por la seguridad de sus hijos”, ha manifestado Fotis Filippou, investigador de Amnistía Internacional sobre la República Checa.

“Tememos por nuestra vida”, manifestó una mujer romaní que lleva 16 años viviendo en el barrio. “Conviví durante 26 años en armonía con la población mayoritaria, antes de mudarme a esta parte de la ciudad. Al principio, los romaníes y la población mayoritaria vivíamos integrados; ahora, este barrio es 100 por cien romaní.”

Otra mujer añadió: “¿Cómo les explico a mis hijos que no pueden salir a jugar con el día tan espléndido que hace?”.

Se desplegaron unos 700 funcionarios encargados de hacer cumplir la ley, entre ellos agentes de la unidad antidisturbios de la policía, listos para intervenir si la situación se ponía violenta. Un gran número de policías se apostaron en torno al barrio romaní, para impedir la violencia y los ataques directos contra esta comunidad.

La policía hizo retroceder a una veintena de contramanifestantes, para evitar que se enfrentaran con los manifestantes de extrema derecha. Sin embargo, cuando la marcha fue avanzando, los ultraderechistas atacaron a los contramanifestantes. La rápida intervención de la policía calmó la situación, y la marcha siguió su recorrido.

A las tres de la tarde, la marcha concluyó oficialmente en la estación de tren, pero la violencia estalló cuando los manifestantes de extrema derecha atacaron a la policía montada y la antidisturbios con piedras, cócteles molotov y petardos. Esa violencia se propagó a las calles adyacentes.

Para entonces, la policía había bloqueado por completo el barrio romaní con tanquetas, furgones policiales y agentes antidisturbios, que garantizaron la seguridad de la comunidad.

A las seis de la tarde, la situación se había tranquilizado, y la mayoría de los ultraderechistas habían abandonado la localidad. Según los medios de comunicación, 31 manifestantes fueron detenidos y varias personas, entre ellas algún policía, resultaron heridas.

“La apología del odio que constituye incitación a la discriminación, la hostilidad o la violencia rebasa los límites de la libertad de expresión protegida por el derecho internacional de los derechos humanos. Los políticos y el gobierno checos deben condenar enérgicamente la violencia, y la incitación a la violencia, por parte de cualquier sector de la sociedad”, ha manifestado Fotis Filippou.

“Las autoridades checas deben asimismo seguir tomando medidas para garantizar que el pueblo romaní está protegido frente a los efectos de la incitación a la discriminación, la hostilidad o la violencia.”

“Está bien que la policía esté aquí para protegernos”, dijo una mujer romaní. “Pero, ¿qué pasará por la noche, cuando la policía se haya ido?”

La marcha fue convocada inicialmente por el Partido de los Trabajadores Checos, de extrema derecha. Más tarde, este partido se distanció de ella, pero las organizaciones ultraderechistas Movimiento de Nacionalistas Autónomos y Resistencia Nacional asumieron su organización.