Humanidad ante todo: ayuda para quienes huyen de su hogar

Amabilidad, compasión, solidaridad… Todos estos valores forman parte del comportamiento humano. Cuando la gente se ve obligada a huir de su hogar a causa de la guerra, la pobreza o la persecución, queremos ayudarla a ponerse de nuevo en pie.

Entonces, ¿por qué —si a la población nos importa— tratan los dirigentes europeos con tanta insensibilidad a las personas refugiadas y migrantes?

Vemos a los dirigentes tratando de dividirnos mediante el temor y el odio, alimentando en los medios de comunicación el miedo a las personas refugiadas y migrantes y aplicando políticas crueles e ineficaces que no sólo hacen oídos sordos al sufrimiento humano sino que incluso castigan a quienes intentan ayudar.

El acuerdo UE-Turquía ha dejado a miles de personas refugiadas atrapadas en penosas condiciones en las islas griegas. Los gobiernos europeos son cómplices de la violencia y los abusos contra personas refugiadas en la frontera de Croacia.

Italia y otros gobiernos europeos han recurrido cada vez más a mantener a las personas refugiadas y migrantes alejadas de Europa dejando el control fronterizo en manos de Libia, y mandando a estas personas de vuelta para enfrentarse a detención, tortura y explotación.

Las ONG que tratan de salvar la vida de quienes cruzan el Mediterráneo o el Egeo sufren campañas de difamación, intimidación e incluso acciones legales, mientras que los y las activistas que proporcionan comida y cobijo a las personas refugiadas o defienden sus derechos son atacados en toda Europa.

A pesar de lo que oímos decir a algunos políticos, a la gente aún le importa. Rania Ali es una refugiada siria que ahora vive en Austria:

Rania Ali, periodista y activista, Austria.
Rania Ali, periodista y activista, Austria.

“Cuando escucho el discurso de odio, mi primera reacción es: ‘Dios mío, que alguien lo detenga; es venenoso. No proyecten ese veneno en la gente’. Así que tomé la iniciativa de cambiarlo.

Me llamo Rania Ali, soy de Siria y vivo en Viena, Austria. Europa es mi nuevo hogar, y creo que debemos trabajar para mejorarlo. Se está convirtiendo en un lugar un poco peligroso: se está propagando el odio contra las personas a las que se considera diferentes, y nos dirigimos hacia una atmósfera de riesgo.

Soy periodista, y también trabajo en un proyecto llamado Viviendo Juntos, donde proporcionamos a los y las jóvenes un espacio para intercambiar sus opiniones sobre qué supone vivir con personas de diferentes procedencias.

Me resulta muy esperanzador ver a jóvenes utilizando su plataforma. Creo que mucha gente no comprende lo importante que es su voz. Así que: ¡usa esa voz, hazlo!

Como promotora de la aceptación, que defiende los derechos de las mujeres y las personas refugiadas, creo que votar es muy importante. Pero yo no puedo votar en Europa, así que: ¡ve a votar!”.

Puedes ayudar a Rania a mostrar a nuestros dirigentes que nos importan las personas refugiadas y migrantes. Ahora que se acercan las elecciones europeas de mayo, es el momento de sofocar la retórica del odio y gritar sobre la solidaridad.

Si nos unimos, gritamos más fuerte, así que súmate y haz ruido.

  • Comparte la historia de Rania.
  • Sigue #TurnItUp y alza tu voz en solidaridad con las personas refugiadas y migrantes y con quienes sufren ataques sólo por ayudarlas.
  • Vota en las elecciones europeas y haz saber a la clase política lo que opinas.

AVERIGUA QUÉ ESTÁN HACIENDO OTRAS Y OTROS JÓVENES