Combatir el estigma, generar cambios

En el marco de la campaña “Mi cuerpo, mis derechos”, estamos trabajando con el movimiento de derechos de las mujeres de Nepal para pedir al gobierno que reconozca que el prolapso uterino es consecuencia de la discriminación de género y de la falta de medidas para hacer valer los derechos humanos de la mujeres y las niñas en Nepal. En este texto, dos activistas nepalíes cuentan sus experiencias de lucha y triunfo en el largo trabajo de promoción de los derechos reproductivos de las mujeres en su país.

Llevo 17 años trabajando en Nepal. En 1995, cuando trabajaba en la región del lejano oeste del país, dirigí un pequeño centro de salud para mujeres. En siete días, examinamos a 600 mujeres y vimos que 150 tenían alguna forma de prolapso uterino. Venían sobre todo por dolores, en especial de espalda, pero en el examen vimos que la causa era el prolapso uterino.

Vimos que muchas mujeres se introducían objetos en la vagina para que no se les saliera el útero; piedras, brazaletes, cualquier cosa que lo impidiera. Recuerdo el caso de una mujer que llevaba 15 años con un pesario de anillo dentro y no se lo sacaba. No sabía que tenía que cambiárselo cada tres meses.

Debido a casos como este, escribo mucho sobre el prolapso uterino en periódicos nacionales y diarios y explico que el gobierno necesita planes y programas para el prolapso uterino.

También han comenzado a hablar y actuar otras activistas. Exponemos la necesidad de prevenir el prolapso uterino. Reconocemos que las trabajadoras de la salud, enfermeras y comadronas tienen que saber cómo puede prevenirse la dolencia. Una vez que impartimos formación a esas personas vimos que los casos de prolapso uterino disminuían. Fue un proyecto pequeño, pero con buenos resultados.

El prolapso uterino y sus causas con una cuestión de derechos humanos, y creemos que el gobierno hace caso omiso de estos derechos fundamentales. ¿Cuánto tiempo más continuará esta situación? En Nepal lo sufren mujeres muy jóvenes, de 20 o 21 años. Tenemos que dedicar presupuesto a la prevención del prolapso uterino.

Amnistía ha estado en los medios de comunicación hablando de muchas cuestiones, así que cuando comenzó a hablar de prolapso uterino en tanto que cuestión de derechos humanos, la gente pensó: “Si hasta Amnistía Internacional habla de ello, debe de ser un problema muy grande”. El prolapso uterino va en contra de nuestra Constitución, y por el informe de Amnistía ahora tenemos una herramienta que podemos utilizar para hablar con nuestro gobierno, los encargados de la elaboración de políticas y los gobiernos internacionales.

Samita Pradhan, directora ejecutiva del Centro de Agro Ecología y Desarrollo

Reducir la discriminación de género y hacer valer los derechos reproductivos es una meta a largo plazo para el Centro de Agro Ecología y Desarrollo. Es un desafío con el que hacer a escala local que las mujeres y los hombres sepan lo que significa tener derechos reproductivos. La gente considera normal el estado de las mujeres con prolapso uterino tras dar a luz o que una mujer soporte dolencias como el prolapso uterino.

También es un desafío hacer que los encargados de la elaboración de políticas y los donantes sepan que es necesario prevenir el problema y establecer los derechos reproductivos de las mujeres. El Centro de Agro Ecología y Desarrollo trabaja con unas 20 organizaciones locales de derechos de las mujeres de todo Nepal. Las mujeres están organizadas en el ámbito local y exigen al gobierno el derecho a la salud de las mujeres y servicios de salud.

Hasta hace unos años no había ninguna unidad ni autoridades públicas que prestaran atención a la cuestión del prolapso uterino. Ha habido un gran cambio en el gobierno, que tiene ahora una unidad, una persona de contacto en la División de Salud Familiar del Ministerio de Salud y Población. Hay un espacio donde hablar de la cuestión. Sin embargo, sigue centrado en el tratamiento quirúrgico. Al gobierno de Nepal le cuesta todavía abordar el prolapso uterino mediante medidas de prevención y desde la perspectiva de los derechos humanos.

En ocasiones es frustrante, cuando tenemos que contar lo mismo cada vez que nuestro gobierno cambia. Como nuestra situación política no ha sido estable durante muchos anos, es difícil preparar a los parlamentarios para que adquieran la voluntad política necesaria. Que yo recuerde, hemos hablado del prolapso uterino y sus factores determinantes y consecuencias con cinco ministros, secretarios y directores de salud distintos.

Era una gran problema para Nepal y su gobierno cuando Amnistía Internacional comenzó a trabajar en ello. Las ONG nacionales e internacionales llevan muchos años haciendo campaña sobre el prolapso uterino, y esta vez se ha oído claramente el problema dentro y fuera de Nepal como cuestión de derechos humanos.

Actúa ya para defender los derechos de las mujeres y las niñas en Nepal.