Nuestras armas: lapiceros, teclados y pasión por los derechos humanos

Salil Shetty, secretario general de Amnistía Internacional. © Amnesty International
Salil Shetty, secretario general de Amnistía Internacional. © Amnesty International

Mensaje de Año Nuevo enviado a los activistas por Salil Shetty, secretario general de Amnistía Internacional.

Ahora que empieza un nuevo año, me gustaría celebrar algunos de los logros que hemos alcanzado juntos en 2013.

Todavía estamos contando los tuits, las entrañables cartas de papel y tinta, los mensajes SMS y las firmas de peticiones, pero ya está claro que cientos de miles de personas de más de 80 países han participado en nuestra mayor acción de campaña global, Escribe por los Derechos, que ha tenido lugar en diciembre.

Armados con lapiceros y teclados, hemos instado a las autoridades a que liberen a presos de conciencia, digan la verdad y reparen las injusticias.

El tiempo dirá qué impacto tienen nuestras acciones. A veces, los engranajes del poder ruedan con lentitud. Sin embargo, es importante recordar que, cuando enviamos ese mensaje de correo electrónico, ese fax, esa carta, pasan a formar parte de algo mucho más grande. Cuando empiezan a llegar cientos de mensajes a una prisión, los encargados son conscientes de que los estamos observando. Y la persona que está dentro de la celda sabe que, mientras espera a que le abran las puertas, nosotros esperamos con ella.

En noviembre, la liberación de Yorm Bopha, encarcelada en Camboya por defender los derechos de su comunidad a la vivienda, fue un enorme incentivo para todas las personas que habían enviado peticiones en su favor. La propia Yorm Bopha dio las gracias directamente a los simpatizantes de Amnistía Internacional por hacer campaña junto a ella. Ahora tenemos que seguir trabajando para asegurarnos de que se anula su condena.

El activismo puede ser una carrera de fondo. El nuevo Tratado sobre el Comercio de Armas acordado el pasado mes de abril por los líderes mundiales es prueba de ello. Fueron necesarios 20 años de arduo trabajo y acción concertada de todo el movimiento de Amnistía Internacional y de nuestros principales socios para llegar hasta aquí. Pero lo conseguimos. Desde entonces, 115 países lo han firmado y otros lo harán en el futuro. Tenemos por delante la tarea de asegurar que el Tratado supone un cambio real en la vida de las personas.

En 2014 nos esperan muchos desafíos. Los derechos humanos siguen violándose a gran escala, en lugares como Siria o la República Cenetroafricana. Cuando documentamos y localizamos violaciones de derechos humanos, convirtiéndonos en testigos de ellas, o cuando hacemos campaña y captamos apoyos para el cambio, tenemos claro que una injusticia cometida en cualquier parte es una injusticia en todas partes. La verdad y la justicia acabarán por triunfar.

Gracias por formar parte de Amnistía Internacional. Juntos estamos consiguiendo que las cosas cambien de verdad.