No vamos a callar

Miembros de un Grupo de Autoayuda de Mujeres Víctimas de Violencias en Colombia describen como su valentia de hablar sobre violencia sexual las ha hecho mas fuertes.

Nuestro grupo de autoayuda se formó escuchando a mujeres víctimas de violencia en el conflicto armado, inicialmente sus historias del desplazamiento forzado. Posteriormente, en una formación de derechos humanos para las mujeres con SISMA, se empezó a indagar si alguien había sido victima de violencia sexual también en el conflicto. Entonces más de una nos miramos las caras porque no es fácil decir que fuimos violadas, después de tener una familia, que su esposo nunca se había enterado, pues era terrible. Pero SISMA nos ayudó muchísimo para poder hablar, poder contar realmente lo que pasaba. Así es que las mujeres empezamos a contar nuestras historias, a decir que “a mi me violaron”, “a mi también me violaron” “a mis hijas”, y a partir de ahí pudimos reconstruir nuestras vidas, hablando de nuestros sufrimientos y cómo hemos hecho para enfrentarlos.

Entonces yo pensé que ya no me podía quedar callada más tiempo. Nadie me puede pisotear mi cuerpo, porque es mi cuerpo es mío, nadie tiene derecho a tocarme si yo no quiero. Yo tengo que denunciar para que esto salga a la luz pública. Una parte de la justicia para mi es que se reconozca que en Colombia sí hay violencia sexual.

Después de cuatro años de compartir en grupo nuestras experiencias, me siento orgullosa de saber que no estamos solas. Hemos recibido mensajes a nivel internacional y eso realmente nos hace sentir que nosotras valemos mucho. Me parece importantísimo ver que muchas personas e se han dado cuenta del grupo a nivel internacional. Tenemos el apoyo moral de ellos, eso lo fortalece a uno. Poco a poco podemos ayudar a otras personas a buscar la forma de superar esto. Lo más importante para mí como persona es saber que lo que estamos haciendo ayuda a las otras compañeras.

Por lo general, una mujer que la violan, es una mujer que se le acaba su alegría, su dignidad. Entonces nosotras buscamos ser ejemplo de vida. Queremos la prosperidad, queremos la felicidad. Somos luchadoras. Queremos ejercer nuestra autonomía y sabemos que nadie puede juzgarnos o mirarnos de pobrecitas por nuestra condición de víctimas.

Nos sentimos muy orgullosas, porque cuando vino Amnistía Internacional y cuando hablamos con ellos, ellos estuvieron hablando con el Estado y hicieron campañas y por las noticias, ya se vio una propaganda en televisión, en la radio. Esto es un logro grandísimo. Nos sacó del anonimato, nos sacó del silencio. El Estado abrió los ojos y dijo “tenemos que poner ese espacio para ellas, que hablen, que denuncien”.

A las mujeres de otros países que han sido víctimas les digo que es importantísimo denunciar, pero no solamente denunciar, sino también querer superar y buscar apoyo. Para otras mujeres que no han sido víctimas la importancia de ser solidarias. Es importante también el apoyo de los hombres. Si no nos hacemos visibles, se perpetúan los ataques a las mujeres. No vamos a callar.

Infórmese sobre los ’16 días de activismo contra la violencia de género’ de Amnistía y únase a la acción.