Los primeros ministros y presidentes tienen muchas soluciones en la punta de los dedos para resolver la crisis global de refugiados; he aquí algunas de ellas. Pero mientras la mayoría de los gobiernos les vuelve la espalda, hay gente de todo el mundo que está encontrando formas inteligentes y creativas para dar la bienvenida a las personas refugiadas a través de sus redes sociales, sus conocimientos y su generosidad.

1. Dar acceso al asilo

Todas las personas deberían poder entrar en otro país para pedir asilo: es un derecho humano. Aunque el proceso debería ser imparcial y efectivo, en la práctica muchos gobiernos dejan esperando años a quienes solicitan asilo sin  darles una respuesta definitiva. Otros son devueltos a países donde su vida podría correr un peligro real.

2. Patrocinar a personas refugiadas

Algunos países permiten que la ciudadanía se organice en grupos y recaude dinero para traer a personas refugiadas a su país y ayudarlas a establecerse en él. Desde la década de 1970 han llegado a Canadá casi 300.000 personas por medio del patrocinio, y más países, como Reino Unido, Australia e Irlanda, se preparan para seguir su ejemplo.

3. Reagrupar a las familias

Tener alrededor a la familia cercana puede ser esencial para adaptarse a otra  vida y otra cultura, proceso que a menudo se produce al mismo tiempo que la recuperación de un trauma profundo. Los gobiernos tienen la obligación de permitir que las personas refugiadas se reúnan con los familiares que ya están establecidos en el extranjero por medio de la reagrupación familiar.

4. Emitir visados médicos

Las personas refugiadas que padecen una dolencia grave pueden recibir un tratamiento que les salve la vida… si los gobiernos les conceden un visado para entrar en un país donde tengan acceso a ese tratamiento. Estados Unidos reasentaba a una media mensual de alrededor de 200 personas refugiadas con enfermedades potencialmente mortales hasta que el presidente Trump anunció a principios de 2017 la prohibición de entrada en el país durante cuatro meses de personas refugiadas y acabó con las esperanzas de recuperación de muchas personas.

5. Permitir que las personas estudien

Las universidades y escuelas pueden ofrecer a las personas refugiadas visados para comenzar o proseguir sus estudios en otro país. Esta oportunidad puede dar un giro a sus vidas al permitirles completar su formación, integrarse, ganarse la vida y contribuir a la sociedad. Según la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR), sólo el 1% de la población refugiada asiste actualmente a la universidad. En estos momentos, la alarmante cifra de 3,7 millones de niños, niñas y adolescentes refugiados no van a la escuela: cinco veces la media mundial.

6. Usar la tecnología

Un teléfono inteligente puede ser esencial si has tenido que dejar atrás todo lo demás, has perdido el contacto con tus amistades y tu familia o estás intentando abrirte paso en un nuevo país. Amnistía ha descubierto recientemente que una de las primeras cosas que las personas refugiadas buscan en Internet es información sobre su propia situación y las soluciones de que disponen. Muchos grupos expertos en tecnología están respondiendo a esa necesidad con proyectos innovadores que van desde manuales de conversación en línea hasta el reciclado de teléfonos inteligentes, pasando por la creación de empresas emergentes para personas refugiadas.

7. Ayudar a establecerse a los recién llegados

Cualquier persona que haya vivido en otro país sabe lo difícil que puede ser aprender un idioma nuevo, hacer amistades, comprender la cultura y encontrar un sitio donde vivir o un nuevo empleo. Por eso la integración es fundamental para las personas refugiadas. En muchas partes del mundo ha surgido toda una serie de iniciativas comunitarias para darles la bienvenida: desde ofrecer asesoramiento sobre el asilo hasta clases de idiomas, programas de reciclado de bicicletas y apoyo a las mujeres solas.

8. Ofrecer visados de trabajo o un empleo

Para muchas personas refugiadas, conseguir un empleo es una solución vital a sus problemas. Un trabajo contribuye, además de a sobrevivir y a sostener a sus familias, a mantener la autoestima y la independencia, y a integrarse en una nueva comunidad. Muchos países ofrecen permisos de trabajo a las personas refugiadas. Las empresas pueden ofrecer visados de trabajo a personas refugiadas que cuenten con conocimientos, formación y experiencia laboral concretos.

9. Ampliar el reasentamiento

Esta es una forma crucial con la que los gobiernos pueden proteger a las personas refugiadas que más la necesitan: las que han sufrido torturas, por ejemplo, o las mujeres en peligro de sufrir abusos. Pero es una solución muy infrautilizada. Ahora mismo, casi 1,2 millones de personas necesitan con urgencia el reasentamiento, pero en 2016 sólo tuvieron esa oportunidad 189.300. Y sólo 30 países ofrecen actualmente esta opción.

El peligro extremo ha forzado a 22,3 millones de personas a huir a otro país. La mayoría está atrapada en países menos ricos que ofrecen pocas oportunidades y tienen dificultades para salir adelante. Por eso Amnistía presiona para que todos los países, especialmente los más ricos, hagan lo que les corresponde dando la bienvenida a las personas refugiadas en la medida de lo posible.

Mientras los gobiernos apartan la vista, muchas personas se ponen manos a la obra para dar la bienvenida. ¡Únete a nosotros y nosotras!