La descarga eléctrica ha sido durante mucho tiempo un método habitual de infligir tortura u otros malos tratos en todo el mundo. Aunque a veces las descargas eléctricas se infligen con dispositivos improvisados, hay una amplia variedad de dispositivos de descarga eléctrica diseñados específicamente para los organismos encargados de hacer cumplir la ley y que se comercializan para ellos. El presente informe reúne casos ilustrativos de ambas categorías de dispositivos de descarga eléctrica utilizados para hacer cumplir la ley, que muestran el verdadero coste humano del comercio y el uso no regulados de estos productos, y la urgente necesidad de iniciar una acción coordinada y global al respecto. En él se presentan casos inquietantes de tortura y otros malos tratos con estos dispositivos en todas las regiones, documentados por Amnistía Internacional u otras organizaciones de la sociedad civil, así como por organismos de las Naciones Unidas (ONU) y regionales de prevención de la tortura, a lo largo del último decenio.
Índice: POL 30/8990/2025