El 4 de septiembre de 2019, Maissa al-Oueslati, activista de 18 años, estaba grabando a un hombre que, a modo de protesta, amenazaba con prenderse fuego frente a una comisaría de policía, cuando fue detenida arbitrariamente, junto con su hermano, de 16 años. Los interrogaron sin abogado, lo que constituye una infracción flagrante de la legislación tunecina. La policía los envió a un centro de detención, donde pasaron la noche. Se han presentado cargos falsos contra ella, por los que podrían condenarla hasta a cuatro años de prisión.