Las revelaciones hechas públicas esta semana por un equipo español de expertos forenses, que confirman la muerte de ocho saharauis –dos de ellos menores de edad– que desaparecieron en 1976 y aportan pruebas sin precedentes de que fueron ejecutados extrajudicialmente por las fuerzas armadas marroquíes, ponen de relieve la permanente necesidad de sacar a la luz toda la verdad sobre cientos de casos de desaparición forzada ocurridos en décadas anteriores y de garantizar la justicia para las víctimas y sus familias.