Más de un millón de personas refugiadas procedentes de Siria viven en Líbano, donde representan cerca del 25 por ciento de la población. En este país, las mujeres refugiadas sirias y palestinas de Siria corren el riesgo de sufrir abusos y viiolaciones graves de derechos humanos, como la violencia de género y la explotación. Las mujeres cabezas de familia corren un riesgo especial.
La comunidad internacional no ha proporcionado fondos suficientes para la labor de la ONU de asistir a las personas refugiadas de Siria. Esta falta de financiación ha obligado a la ONU a reducir el apoyo que les presta. La mayoría de las personas refugiadas residentes en Líbano viven por debajo
del umbral de pobreza libanés.