Pakhshan Azizi, trabajadora humanitaria y defensora de los derechos humanos, perteneciente a la oprimida minoría étnica kurda de Irán, corre peligro inminente de ser ejecutada. El 5 de febrero, sus abogados recibieron la notificación de que la Sección Nueve del Tribunal Supremo había rechazado su petición de una revisión judicial. Pakhshan Azizi fue condenada a muerte en julio de 2024 tras un juicio flagrantemente injusto únicamente en relación con sus actividades pacíficas humanitarias y de derechos humanos. En enero de 2025, el Tribunal Supremo confirmó la condena. Las denuncias de tortura y otros malos tratos formuladas por la acusada nunca se investigaron.