Verisheh Moradi, disidente de la oprimida minoría étnica kurda de Irán, corre peligro de ser ejecutada tras un juicio manifiestamente injusto ante el Tribunal Revolucionario de Teherán. En noviembre de 2024 fue condenada a muerte por “rebelión armada contra el Estado” (baghi), y nunca se investigaron sus denuncias de tortura y otros malos tratos. Su recurso ante el Tribunal Supremo está pendiente de resolución.