La defensora de los derechos humanos Sharifeh Mohammadi corre el riesgo de ser ejecutada después de que un Tribunal Revolucionario de Rasht (provincia de Gilan) la condenara a muerte en junio de 2024 exclusivamente en relación con sus actividades pacíficas de derechos humanos. Sharifeh Mohammadi apoyaba los derechos de las mujeres y de los trabajadores y trabajadoras, así como la abolición de la pena de muerte, y hasta 2011 fue miembro de un comité de personas trabajadoras en Irán, país donde están prohibidos los sindicatos independientes. Su juicio fue manifiestamente injusto y sus denuncias de tortura y otros malos tratos nunca se investigaron.