A Amnistía Internacional le preocupa la magnitud de las violaciones de derechos humanos perpetradas en Irán pese al escenario de mejora de las relaciones de ese país con la comunidad internacional. Las autoridades iraníes han seguido utilizando la pena de muerte contra personas menores de edad en el momento de su presunto delito a un ritmo que parece acelerarse; han reprimido fuertemente las libertades de expresión, asociación y reunión pacífica, y han impuesto penas de prisión cada vez más severas a activistas pacíficos y personas defensoras de los derechos humanos. Se comete tortura con impunidad generalizada, y siguen imponiéndose y ejecutándose condenas de flagelación y amputación y otras penas crueles.
