Los disidentes kurdos iraníes Pejman Fatehi, Vafa Azarbar, Mohammad (Hazhir) Faramarzi y Mohsen Mazloum corren un grave riesgo de ejecución en secreto, sin aviso previo a sus familias y abogados, pues las autoridades los mantienen sometidos a desaparición forzada, crimen de derecho internacional, desde julio de 2022. En el contexto de un terrible aumento de las ejecuciones en todo Irán, sus condenas a muerte, impuestas tras un juicio manifiestamente injusto, fueron confirmadas por el Tribunal Supremo el 2 de enero de 2024 y remitidas a las autoridades pertinentes para su ejecución.