Mohammad Ghobadlou se encuentra en grave peligro de ejecución en relación con las protestas que tienen lugar en todo Irán. Le han impuesto dos condenas a muerte tras unos simulacros de juicio manifiestamente injustos, empañados por “confesiones” obtenidas mediante tortura y el hecho de que no se ha ordenado que se lleven a cabo evaluaciones de salud mental rigurosas pese a su discapacidad mental. Las leyes y normas internacionales prohíben el uso de la pena de muerte contra personas con discapacidad.