El anciano defensor de los derechos humanos Mohammad Maleki, de 84 años, no puede salir de Irán para ir a visitar a sus hijos a los Países Bajos y Canadá. Las autoridades le prohíben viajar desde 2011 como represalia por su activismo de derechos humanos. Padece varios problemas de salud graves y quiere reunirse con su familia.