Al menos 28 personas, tres de ellas menores de edad, podrían ser ejecutadas en relación con las protestas que se extienden por todo el país, pues las autoridades iraníes utilizan la pena de muerte como herramienta de represión política para infundir miedo entre la población y poner fin al levantamiento popular. Al menos seis personas han sido ya condenadas a muerte en farsas de juicio.