La ejecución del joven iraní de 20 años Alireza Tajiki, prevista para el 3 de agosto, se ha pospuesto una vez más debido a la presión pública. No obstante, Alireza, que tenía 15 años en el momento de su detención, continúa en peligro de ser ejecutado, ya que las autoridades no han anulado su condena a muerte ni le han concedido un nuevo juicio con las debidas garantías.