Amir Amrollahi, iraní que lleva un decenio en prisión por un delito cometido cuando era menor de edad, ha sido condenado a muerte por segunda vez tras un nuevo juicio. El tribunal rechazó las conclusiones de un informe forense oficial, según las cuales no había alcanzado su “desarrollo mental y madurez” en el momento del delito, cometido en noviembre de 2005, cuando tenía 16 años.