Anas al Beltagy lleva en detención arbitraria más de un decenio exclusivamente por sus vínculos familiares. Desde su arresto en diciembre de 2013, las autoridades egipcias lo han sometido a una larga lista de violaciones de derechos humanos, entre ellas desaparición forzada, y tortura y otros malos tratos. Se halla recluido en régimen prolongado de aislamiento y no se le permite recibir visitas desde su traslado a la prisión 10 de Ramadán el 8 de junio de 2023. Su único contacto con el mundo exterior es a través de sus intervenciones por videoconferencia en las vistas de renovación de la detención previa al juicio.