Anas al Beltagy, en detención arbitraria desde hace más de nueve años sólo por sus vínculos familiares, está recluido en régimen de incomunicación en el complejo penitenciario de Badr, unos 70 kilómetros al este de El Cairo, y expuesto a tortura y otros malos tratos. Lleva más de seis años sin que le permitan recibir visitas o tener contacto con su familia. Desde su arresto en diciembre de 2013, las autoridades egipcias han sometido a Anas al Beltagy a una larga lista de violaciones de derechos humanos, entre ellas desaparición forzada y tortura.