El 18 de mayo de 2020, el destacado activista Alaa Abdel Fattah, recluido arbitrariamente desde septiembre de 2019 en la Prisión de Máxima Seguridad de Tora 2, puso fin a la huelga de hambre que mantenía desde hacía 36 días como protesta por la renovación de su detención en una vista a la que no se le permitió asistir. También se prorrogó 45 días la detención en espera de juicio del abogado de derechos humanos Mohamed el-Baqer, que tampoco pudo asistir a la vista, negándosele el derecho a impugnar su reclusión arbitraria.