El 13 de julio de 2020, el Tribunal de Casación de Bahréin confirmó las condenas a muerte de Mohamed Ramadhan y Hussain Moosa, pese a existir pruebas de que ambos hombres habían sido torturados durante sus interrogatorios. El 22 de octubre de 2018, el mismo tribunal había anulado sus condenas a muerte, tras confirmarlas en 2015, y devuelto la causa al Tribunal de Apelación para que la estudiara una vez más al haberse presentado pruebas nuevas. La causa se remitirá ahora al rey de Bahréin, que tendrá la potestad de ratificar la pena, conmutarla o conceder un indulto.