La crisis climática es una crisis de derechos humanos. Las oportunidades de limitar el aumento de la temperatura global media a menos de 1,5 °C se agotan rápidamente. En la COP26, celebrada en 2021, los Estados no actuaron, una vez más, con la urgencia y la ambición requeridas por sus obligaciones en materia de derechos humanos. No obstante, también adquirieron algunos compromisos importantes que ahora deben cumplir plenamente. El reciente aumento de los precios de los combustibles fósiles no debería obstaculizar el cumplimiento de dichos compromisos.
Índice: IOR 40/6118/2022